miércoles, 5 de agosto de 2009

Reiki: Principios

“Sólo por hoy, vivire sin preocupaciones”(Vivir el Presente, Aqui y Ahora)
“Sólo por hoy, sere paciente”(Controlar Mente y Corazon; pensamiento y sentimiento)
“Sólo por hoy, llevaré a cabo mi tarea con honestidad”(Honestidad-Sinceridad)
“Sólo por hoy, sere amable con todo lo que me rodea”(Bondad-Amabilidad; Todo es Uno)
“Sólo por hoy, daré gracias por todo y por todos”(Gratitud)

Los Elementos Naturales Griegos (Empedocles - Aristoteles)

El fuego es a la vez caliente y seco. (Plasma)
La
tierra es a la vez fría y seca. (Solido)
El
aire es a la vez caliente y húmedo. (Gas)
El
agua es a la vez fría y húmeda. (Liquido)
El eter es el fluido o medio invisible que llena el universo quintaescencia

Wu Xing: Los Cinco Elementos Chinos

MADERA: Tiene como cualidades lo expansivo, lo naciente
FUEGO: Tiene como cualidades lo ascendente, lo impetuoso, lo culminante
TIERRA: Tiene como cualidades lo firme, lo contenedor, lo central
METAL: Tiene como cualidades lo contractivo, lo menguante
AGUA: Tiene como cualidades lo descendente, lo aquietante y pereciente.

El ciclo de alimentación, generacion o creación. (Ciclo "cheng"):
la madera nutre el fuego,
el fuego forma tierra "dando lugar a cenizas",
la tierra forma la base del metal,
el metal se contiene en el agua,
el agua hidrata la madera.

El ciclo de Control o "destructivo" (Ciclo "Ko"):
la madera retiene la tierra,
la tierra contiene el agua,
el agua apaga el fuego,
el fuego funde el metal,
el metal corta la madera.

El ciclo de debilitamiento o agotamiento.

El metal debilita la tierra,
La tierra debilita al fuego,
El fuego debilita a la madera,
La madera debilita al agua,
El agua debilita metal.


El ciclo de daño o aversion

La madera daña al metal,
El Metal daña al fuego,
El fuego daña al agua,
El agua daña a la tierra,
La tierra daña a la madera.

martes, 4 de agosto de 2009

Yin Yang: Principios

El yin y el yang son opuestos. Todo tiene su opuesto, aunque éste no es absoluto sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang. Por ejemplo, el invierno se opone al verano, aunque un día de verano puede hacer frío y viceversa.
El yin y el yang son interdependientes. No pueden existir el uno sin el otro. Por ejemplo, el día no puede existir sin la noche.
El yin y el yang pueden subdividirse a su vez en yin y yang. Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. Por ejemplo, un objeto puede estar caliente o frío, pero a su vez lo caliente puede estar ardiente o templado y lo frío, fresco o helado.
El yin y el yang se consumen y generan mutuamente. El yin y el yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).
El yin y el yang pueden transformarse en sus opuestos. La noche se transforma en día, lo cálido en frío, la vida en muerte. Sin embargo, esta transformación es relativa también. Por ejemplo, la noche se transforma en día, pero a su vez coexisten en lados opuestos de la tierra.
En el yin hay yang y en el yang hay yin. Siempre hay un resto de cada uno de ellos en el otro, lo que conlleva que el absoluto se transforme en su contrario. Por ejemplo, una semilla enterrada soporta el invierno y renace en primavera.

El Sendero de un mago: Lecciones para convertirse en un mago

¿Que es un mago?
Un mago puede convertir el temor en alegría, la frustración en realización.Un mago puede convertir lo temporal en eterno.Un mago puede llevarnos más allá de nuestras limitaciones hacia lo ilimitado.
Lección I
Hay un mago dentro de cada uno de nosotros. Un mago que lo ve y lo sabe todo. El mago está más allá de los contrarios de luz y oscuridad, bien y mal, placer y dolor. Todo lo que el mago ve tienes sus raíces en el mundo invisible. La naturaleza refleja los estado de ánimo del mago. El cuerpo y la mente podrán dormir,pero el mago vela permanentemente. El mago posee el secreto de la inmortalidad.
Lección II
La magia sólo podrá retornar con el regresode la inocencia. La esencia del mago es la transformación.
Lección III
El mago observa los ires y venires del mundo, pero su alma habita en el ámbito de la luz. El paisaje cambia, el observador permanece igual. El cuerpo es sólo el sitio al que los recuerdos llaman hogar.
Lección IV
¿Quién soy yo? Es la única pregunta que vale la pena hacerse y la única que nunca se responde. Nuestro destino es representar un infinidad de papeles, pero esos papeles no somos nosotros mismos. El espíritu no tiene lugar, pero deja tras de síuna huella a la cual llamamos cuerpo. Un mago no se considera a sí mismo un suceso localque sueña con un mundo más grande. Un mago es un mundo que sueña sucesos locales.
Lección V
Los magos no creen en la muerte. A al luz de la consciencia, todo vive. No hay principios ni finales. Para el mago, éstos no son más que fabricaciones de la mente. Para estar totalmente vivo, es preciso estar muertopara el pasado. Las moléculas se disuelven y desaparecen, pero la consciencia sobrevive a la muerte de la materiaen la cual se aloja.
Lección VI
La consciencia del mago es un campo omnipresente. Las corrientes de conocimiento presentes en el campo son eternas fluyen para siempre. En los momentos de revelación están contenidos siglos de conocimiento. Vivimos como ondas de energía en el vasto océanode la energía. Cuando dejamos de lado el ego, tenemos accesoa la totalidad de la memoria.
Lección VII
Cuando se limpian las puertas de la percepción, comenzamos a ver el mundo invisible; el mundodel mago. Hay un manantial de vida dentro de cada uno de nosotros, a donde podemos ir en busca de limpieza y transformación. La purificación consiste e liberarse de la toxinas de la vida; las emociones tóxicas, los pensamientos tóxicos, las relaciones tóxicas. Todos los cuerpos vivos, físicos y sutiles, son manojos de energía que se pueden percibir directamente.
Lección VIII
El poder es una espada de doble filo. El poder del ego busca controlar y dominar. El poder del mago es el poder del amor. El asiento del poder está en el yo interior. El ego nos persigue como una sombra oscura. Su poder intoxica y crea adicción, pero en las últimas destruye. El choque eterno del poder termina en la unidad.
Lección IX
El mago vive en estado de conocimiento. Este conocimiento dirige su propia satisfacción. El campo de la consciencia se organiza alrededor de nuestras intenciones. El conocimiento y la intención son fuerzas. Aquello que tenemos intención de hacer modifica el campo a nuestro favor. Las intenciones comprimidas en palabras encierran un poder mágico. El mago no trata de resolver el misterio de la vida. Está aquí para vivirla.
Lección X
Todos tenemos un yo sombra que es parte de nuestra realidad total. El yo sombra no está aquí para lastimarnos sino para señalarnos nuestros vacíos. Cuando acogemos a la sombra, ésta sana. Cuando sana, se convierte en amor. Cuando aprendamos a vivir con todas nuestras cualidades opuestas, viviremos nuestro yo total, al igual que el mago.
Lección XI
El mago es el maestro de la alquimia. La alquimia es transformación. La búsqueda de la perfección se inicia a través de la alquimia. Somos el mundo. Cuando nos transformemos, el mundo en el cual vivimos también se transformará. Las metas de la búsqueda, heroísmo, esperanza, gracia y amor, son el legado de lo eterno. Para reclutar la ayuda del mago, debemos ser fuertes en la verdad, no obstinados en nuestros juicios.
Lección XII
La sabiduría vive, por lo tanto, siempre es imprevisible. El orden es otra cara del caos, el caos es otra cara del orden. La incertidumbre interior es la puerta hacia la sabiduría. El aventurero siempre irá acompañado de la inseguridad, pero aunque tropieza, nunca cae. El orden humano está hecho de reglas. El orden del mago no tiene reglas, fluye con la naturaleza de la vida.
Lección XIII
La realidad que experimentamos es el reflejo de nuestras expectativa. Si proyectamos las mismas imágenes todos los días, nuestra realidad será idéntica día tras día. Cuando la atención es perfecta, crea orden y claridad a partir del caos y la confusión.
Lección XIV
Los magos no sufren ante una pérdida porque sólo lo irreal puede perderse. Aunque perdamos todo, lo real seguirá existiendo. En medio de los escombros de la devastación y el desastre, hay tesoros ocultos. Cuando busques entre las cenizas, mira bien.
Lección XV
En la medida en que conocemos el amor, nos convertimos en amor. El amor es más que una emoción. Es un fuerza de la naturaleza y, por lo tanto, debe contener la verdad. Al pronunciar la palabra “amor” quizás captamos la sensación, pero su esencia no se puede expresar con palabras. El amor más puro se encuentra donde menos lo esperamos: en el desapego.
Lección XVI
Mas allá de la vigilia, el sueño y la ensoñación,hay un número infinito de planos de conciencia. El mago existe simultáneamente en todas las épocas. El mago ve versiones infinitas de cada suceso. Las líneas rectas de tiempo en realidad son los hilos de una red que se extiende hasta el infinito.
Lección XVII
Quines buscan jamás se extravían porque el espíritu los llama constantemente. Quienes buscan reciben pistas del mundo espiritual permanentemente. Las personas corrientes dan a estas pistas el nombre de coincidencias. Para el mago las coincidencias no existen. Cada suceso existe para develar otra capa del alma. El espiritu desea encontrarnos. Para aceptar su invitación, debemos estar desprotegidos. Al buscar, comencemos por el corazón. El corazón es el lugar de la verdad. Lección XVIII
Podemos vivir la inmoralidad en medio de la mortalidad. El tiempo y eternidad no son opuestos. Como la eternidad lo abarca todo, no tiene contrario. A nivel del ego, luchamos por resolver nuestros problemas. Para el espíritu, esa lucha es el problema. El mago es consciente de la batalla entre el ego y el espíritu, pero sabe que los dos son inmortales y no pueden morir. Todos los aspectos de nuestro yo son inmortales, hasta las partes que juzgamos más duramente.
Lección XIX
Lo magos jamás condenan el deseo. Fue siguiendosus deseos como se convirtieron en magos. Todo deseo nace de un deseo anterior, la cadena del deseo jamás termina. Es la vida misma.
No consideres inútil o equivocado ninguno de tus deseos, algún día todos se cumplirán. Los deseo son semillas a la espera de la estación propicia para germinar. De una sola semilla de deseo nacen bosques completos. Aprecia cada uno de los deseos de tu corazón, por trivial que parezca. Un día, esos deseos triviales te conducirán a Dios.
Lección XX
El mayor bien que puedes hacerle al mundo es convertirte en mago.
Deepak Chopra
“El Sendero Del Mago”

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Los 7 pasos de la alquimia
1º Paso: La inocencia
2º Paso: El nacimiento del ego, dualidad-separacion
3º Paso: El nacimiento del realizador, necesidad de recibir
4º Paso: El nacimiento del dador, necesidad de dar
5º Paso: El nacimiento del buscador
6º Paso: El nacimiento del vidente
7º Paso: El espíritu puro

domingo, 2 de agosto de 2009

El Kybalion

El principio del Mentalismo: El TODO es mente: el universo es mental.
El principio de Correspondencia: Como arriba es abajo; como abajo es arriba.
El principio de Vibración: Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra. Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad vuestra vibración.
El Principio de Polaridad: Todo es doble; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los semejantes y los antagónicos son lo mismo. Los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado. Los extremos se tocan; todas las verdades son semi verdades. Todas las paradojas pueden reconciliarse. Para destruir un estado de vibración no deseable, póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese la atención en el polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se mata cambiando su polaridad.
El principio del Ritmo: Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende: todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda: el ritmo es la compensación, El Ritmo puede neutralizarse mediante el Arte de la Polarización.
El principio de Causa y Efecto: Toda causa tiene su efecto: todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la Ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad, pero nada escapa a la Ley. Nada escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos de Causación y uno puede emplear las leyes del plano superior para dominar a las del inferior.El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las leyes que están por encima de él, pero en su propio plano y en los que están por debajo de él rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo, forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se sumerge en la Ley, y comprendiendo sus movimientos, opera en ella en vez de ser su ciego esclavo. Semejante al buen nadador, va de aquí para allá, según su propia voluntad, en vez de dejarse arrastrar como el madero que flota en la corriente. Sin embargo, el nadador y el madero, el sabio y el ignorante, están todos sujetos a la ley. Aquel que esto comprenda va en el buen camino que conduce al Adeptado.
El principio de Generación: La generación existe por doquier, todo tiene sus principios masculino y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos.
Transmutación mental: La mente, así como todos los metales y demás elementos, pueden ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración. La verdadera transmutación hermética es una práctica, un método, un arte mental. El sabio a medias, reconociendo la irrealidad relativa del Universo, se imagina que puede desafiar sus leyes. Ese no es más que un tonto vano y presuntuoso, que se estrellará contra las rocas y será aplastado por los elementos, en razón de su locura. El verdadero sabio, conociendo la naturaleza del Universo, emplea la Ley contra las leyes: las superiores contra las inferiores, y por medio de la Alquimia transmuta lo que no es deseable en valioso y de esta manera triunfa. El adeptado consiste no en sueños anormales, visiones o imágenes fantasmagóricas, sino en el sabio empleo de las fuerzas superiores contra las inferiores, escapando así de los dolores de los planos inferiores y vibrando en los más elevados. La transmutación (no la negación presuntuosa) es el arma del Maestro.
El Todo: Más allá del Kosmos, del Tiempo, del Espacio, de todo cuanto se mueve y cambia, se encuentra la Realidad Substancial, la Verdad Fundamental. Lo que constituye la Verdad Fundamental, la Realidad Substancial, está más allá de toda denominación, pero el sabio lo llama el TODO. En su esencia el TODO es incognoscible. Mas el dictado de la razón debe ser recibido hospitalariamente, y tratado con respeto. El Universo es una creación mental sostenida en la mente del TODO. El TODO crea en su mente infinita innumerables universos, los que existen durante eones de tiempo, y así y todo, para Él, la creación, desarrollo, decadencia y muerte de un millón de universos no significa más que el tiempo que se emplea en un abrir y cerrar de ojos. La mente infinita del TODO es la matriz del Kosmos. Lo que está en la infinita mente del TODO es real, sólo un grado menos que la realidad misma que constituye la naturaleza del TODO. Si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el TODO está en todas las cosas. El que comprende esto debidamente, ha adquirido gran conocimiento. La posesión del Conocimiento, si no va acompañada por una manifestación y expresión en la práctica y en la obra, es lo mismo que el enterrar metales preciosos: una cosa vana e inútil. El Conocimiento, lo mismo que la Fortuna, deben emplearse. La ley del uso es universal y el que la viola sufre por haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales. En la Mente del Padre-Madre, los hijos están en su hogar.

Tao Te Ching - Lao Tse

I
El Tao que puede ser expresado
no es el verdadero Tao.
El nombre que se le puede dar
no es su verdadero nombre.
Sin nombre es el principio del universo;
y con nombre, es la madre de todas las cosas.
Desde el no-ser comprendemos su esencia;
y desde el ser, sólo vemos su apariencia.
Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo
origen, aunque distinto nombre.
Su identidad es el misterio.
Y en este misterio
se halla la puerta de toda maravilla.
II
Todo el mundo toma lo bello lo bello,
y por eso conocen qué es lo feo.
Todo el mundo toma el bien por el bien,
y por eso conocen qué es el mal.
Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente.
Lo fácil y lo difícil se complementan.
Lo largo y lo corto se forman el uno de otro.
Lo alto y lo bajo se aproximan.
El sonido y el tono armonizan entre sí.
El antes y el después se suceden recíprocamente.
Por eso, el sabio adopta la actitud de no-obrar
y practica una en sin palabras.
Todas las cosas aparecen sin su intervención.
Nada usurpa ni nada rehúsa.
Ni espera recompensa de sus obras,
ni se atribuye la obra acabada,
y por eso, su obra permanece con él.
III
No ensalzar los talentos
para que el pueblo no compita.
No estimar lo que es difícil de adquirir
para que el pueblo no se haga ladrón.
No mostrar lo codiciable
para que su corazón no se ofusque.
El sabio gobierna de modo que
vacía el corazón,
llena el vientre,
debilita la ambición,
y fortalece los huesos.
Así evita que el pueblo tenga saber
ni deseos,
para que los más astutos
no busquen su triunfo.
Quien practica el no-obrar todo
lo gobierna.
IV
El Tao es vacío,
imposible de colmar,
y por eso, inagotable en su acción.
En su profundidad reside el origen
de todas las cosas.
Suaviza sus asperezas,
disuelve la confusión,
atempera su esplendor,
y se identifica con el polvo.
Por su profundidad parece ser eterno.
No sé quién lo concibió,
pero es más antiguo que los dioses.
V
El universo no tiene sentimientos;
todas las cosas son para él como perros de paja.
El sabio no tiene sentimientos;
el pueblo es para él como un perro de paja.
El universo es como un fuelle,
vacío, pero nunca agotado.
Cuanto más se mueve,
más produce.
Quien más habla
menos le comprende.
Es mejor incluirse en él.
VI
El espíritu del valle no muere.
Es la hembra misteriosa.
La puerta de lo misterioso femenino
es la raíz del universo.
Ininterrumpidamente, prosigue
su obra sin fatiga.
VII
El cielo es eterno y la tierra permanece.
El cielo y la tierra deben su eterna duración
a que no hacen de sí mismos
la razón de su existencia.
Por ello son eternos.
El sabio se mantiene rezagado
y así es antepuesto.
Excluye su persona
y su persona se conserva.
Porque es desinteresado
obtiene su propio bien.
VIII
La suprema bondad es como el agua.
El agua todo lo favorece y a nada combate.
Se mantiene en los lugares
que más desprecia el hombre
y,.así, está muy cerca del Tao.
Por esto, la suprema bondad es tal que,
su lugar es adecuado.
Su corazón es profundo.
Su espíritu es generoso.
Su palabra es veraz.
Su gobierno es justo.
Su trabajo es perfecto.
Su acción es oportuna.
Y no combatiendo con nadie,
nada se le reprocha.
IX
Más vale renunciar antes que sostener
en la mano un vaso lleno
sin derramarlo.
La espada que usamos y afilamos
continuamente
no conservará mucho tiempo su hoja.
Una sala llena de oro y jade
nadie la puede guardar.
Quien se enorgullece de sus riquezas
atrae su propia desgracia.
Retirarse de la obra acabada,
del renombre conseguido,
esa es la ley del cielo.
X
Unir cuerpo y alma en un conjunto
del que no puedan disociarse.
Dominar la respiración hasta hacerla
tan flexible como la de un recién nacido.
Purificar las visiones hasta
dejarlas limpias.
Querer al pueblo y gobernar el Estado
practicando el no-hacer.
Abrir y cerrar las puertas del cielo
siendo como la mujer.
Conocer y comprenderlo todo
usar la inteligencia.
Engendrar y criar,
engendrar sin apropiarse,
obrar sin pedir nada,
guiar sin dominar,
esta es la gran virtud.
XI
Treinta radios convergen en el centro
de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.
Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.
Se abren puertas y ventanas
en los muros de una casa,
y es el vacío
lo que permite habitaría.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad.
XII
Los cinco colores ciegan al hombre.
Los cinco sonidos ensordecen al hombre.
Los cinco sabores embotan al hombre.
La carrera y la caza ofuscan al hombre.
Los tesoros corrompen al hombre.
Por eso, el sabio atiende al vientre
y no al ojo.
Por eso, rechaza esto y prefiere aquello.
XIII
El favor y la desgracia inquietan por igual.
La fortuna es un gran dolor como nuestro cuerpo.
¿Qué quiere decir: favor y desgracia inquietan por
igual ?
El favor eleva y la desgracia abate.
Conseguir el favor es la inquietud.
Perderlo es la inquietud.
Este es el sentido de «favor y desgracia inquietan por
igual»
¿Qué quiere decir: la fortuna es un gran dolor como
nuestro cuerpo?
La causa por la que padezco dolor es mi propio cuerpo.
Si no lo tuviese,
¿qué dolor podría sentir?
Por esto, quien estime al mundo igual a la fortuna de
su propio cuerpo,
puede gobernar el mundo.
Quien ame al mundo como a su propio cuerpo,
se le puede confiar el mundo.
XIV
Se le llama invisible porque mirándole
no se le ve.
Se le llama inaudible porque escuchándole
no se le oye.
Se le llama impalpable porque tocándole
no se le siente.
Estos tres estados son inescrutables
y se confunden en uno solo.
En lo alto no es luminoso,
en lo bajo no es oscuro.
Es eterno y no puede ser nombrado,
retorna al no-ser de las cosas.
Es la forma sin forma
y la imagen sin imagen.
Es lo confuso e inasible.
De frente no ves su rostro,
por detrás no ves su espalda.
Quien es fiel al Tao antiguo
domina la existencia actual.
Quien conoce el primitivo origen
posee la esencia del Tao.
XV
Los sabios perfectos de la antigüedad
eran tan sutiles, agudos y profundos
que no podían ser conocidos.
Puesto que no podían ser conocidos,
sólo se puede intentar describirlos:
Eran prudentes, como quien cruza un arroyo en in-
vierno;
cautos, como quien teme a sus vecinos por todos lados;
reservados, como un huésped;
inconstantes, como el hielo que se funde;
compactos, como un tronco de madera;
amplios, como un valle;
confusos, como el agua turbia.
¿Quién puede, en la quietud, pasar lentamente de lo
turbio a la claridad?
¿Quién puede, en el movimiento, pasar lentamente
de la calma a la acción?
Quien sigue este Tao
no desea ser pleno.
No siendo pleno
puede quedar en lo viejo
sin renovarse.
XVI
Alcanza la total vacuidad
para conservar la paz.
De la aparición bulliciosa de todas las cosas,
contempla su retorno.
Todos los seres crecen agitadamente,
pero luego, cada una vuelve a su raíz.
Volver a su raíz es hallar el reposo.
Reposar es volver a su destino.
Volver a su destino es conocer la eternidad.
Conocer la eternidad es ser iluminado.
Quien no conoce la eternidad
camina ciegamente a su desgracia.
Quien conoce la eternidad
da cabida a todos.
Quien da cabida a todos es grandioso.
Quien es grandioso es celestial.
Quien es celestial es como Tao
Quien es como el Tao es perdurable.
Aunque su vida se extinga, no perece.
XVII
El gran gobernante pasa inadvertido por el pueblo.
A éste sucede el que es amado y elogiado por el pueblo.
Después, el que es temido.
Y finalmente, el despreciado.
Si no hay una confianza total,
se obtiene la desconfianza.
El gran gobernante practica el no-hacer
y así, a la obra acabada sigue el éxito.
Entonces, el pueblo cree vivir según su propia ley.
XVIII
Cuando se abandona el Tao
aparecen la bondad y la justicia.
Con la inteligencia y la astucia
surgen los grandes hipócritas.
Cuando no existe armonía entre los seis parientes,
se necesita la piedad filial y el amor paternal.
Cuando hay revueltas en el reino,
se inventa la fidelidad del buen súbdito.
XIX
Rechaza la sabiduría y el conocimiento,
y aprovechará cien veces más al pueblo.
Rechaza la benevolencia y desecha la justicia,
y el pueblo volverá a la piedad y el amor.
Rechaza la habilidad y su provecho,
y no habrá más bandidos ni ladrones.
Pero estas tres normas no bastan.
Por esto, atiende a lo sencillo. y genuino, reduce tu
egoísmo, y restringe los deseos.
XX
Suprime el estudio y no habrá preocupaciones.
¿Qué diferencia hay entre el sí y el no?
¿Qué diferencia hay entre el bien y el mal?
No es posible dejar de temer
lo que los hombres temen.
No es posible abarcar todo el saber.
Todo el mundo se enardece y disfruta,
como cuando se presencia un gran sacrificio,
o como cuando se sube a una torre en primavera.
Sólo yo quedo impasible,
como el recién nacido que aún no sabe sonreír.
Como quien no sabe adónde dirigirse,
como quien no tiene hogar.
Todo el mundo vive en la abundancia,
sólo yo parezco desprovisto.
Mi espíritu está turbado
como el de un ignorante.
Todo el mundo está esclarecido,
sólo yo estoy en tinieblas.
Todo el mundo resulta penetrante,
sólo yo soy torpe.
Como quien deriva en alta mar.
Todo el mundo tiene algo que hacer,
sólo yo soy un inútil.
Sólo yo soy diferente a todos los demás
porque aprecio a la Madre que me nutre.
XXI
La grandeza de toda virtud
reside en su fidelidad al Tao.
El Tao es algo confuso e intangible.
Es confuso e intangible, pero tiene formas.
Es confuso pero brillante porque abarca muchas cosas.
Es profundo y oscuro pero contiene una esencia.
Esta esencia es verdadera.
Desde los tiempos más remotos conserva invariable su nombre.
Es el origen de todos los seres.
¿Cómo conocer el origen de todos los seres?
Por esto mismo.
XXII
Lo humillado será engrandecido.
Lo inclinado será enderezado.
Lo vacío será lleno.
Lo envejecido será renovado.
Lo sencillo y puro será alcanzado,
pero lo complicado y extenso causará confusión.
Por esto, el sabio abraza la unidad
y es el modelo del mundo.
Destaca porque no se exhíbe.
Brilla porque no se guarda.
Merece honores, porque no se ensalza.
Posee el mando, porque no se impone.
Nadie le combate porque él a nadie hace la guerra.
¿Son acaso vanas las palabras del antiguo proverbio:
«lo humillado será engrandecido»?
Por esto mismo, el sabio preservará su grandeza.
XXIII
Hablar poco es lo natural.
Un huracán no dura toda la mañana.
Un aguacero no dura todo el día.
¿Quién hace estas cosas?
El cielo y la tierra.
Sí las cosas del cielo y la tierra
no pueden durar eternamente,
¿cómo las cosas del hombre?
Así, quien sigue el Tao
se une al Tao.
Quien sigue la virtud,
se une a la virtud.
Quien sigue el defecto,
se une al defecto.
Quien se identifica con una de estas cosas,
por ella es acogido.
Pero a esto no se da suficiente crédito.
XXIV
Quien se sostiene de puntillas no permanece mucho
tiempo en pie.
Quien da largos pasos no puede ir muy lejos.
Quien se exhibe carece de luz.
Quien se alaba no brilla.
Quien se ensalza no merece honores.
Quien se glorifica no llega.
Para Tao, estos excesos,
son como excrecencias y restos de comida que a todos
repugnan.
Por eso, quien posee el Tao
no se detiene en ellos.
XXV
Antes aún que el cielo y la tierra
ya existía un ser inexpresable.
Es un ser vacío y silencioso, libre,
inmutable y solitario.
Se encuentra en todas partes
y es inagotable.
Puede que sea la Madre del universo.
No sé su nombre,
pero lo llamo Tao.
Si me esfuerzo en nombrarlo
lo llamo «grande».
Es grande porque se extiende.
Su expansión le lleva lejos.
La lejanía le hace retornar.
El Tao, pues, es grande y el cielo es grande.
La tierra es grande y también lo es el hombre.
En el universo hay cuatro cosas grandes,
y el hombre del reino es una de ellas.
El hombre sigue la ley de la tierra.
La tierra sigue la ley del cielo.
El cielo sigue la ley del Tao.
El Tao sigue su propia ley.
XXVI
Lo pesado es la raíz de lo ligero.
La calma somete a lo agitado.
Así, el sabio cuando viaja
no se aleja de la caravana.
Aunque pueda disfrutar de las cosas más excelsas,
conserva su paz y se hace superior.
¿Cómo el dueño de diez mil carros
puede obrar con ligereza en el imperio?
Quien se comporta ligeramente
pierde la raíz de su poder.
Quien se ofusca,
se pierde a sí mismo.
XXVII
Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador no se equivoca ni ofende.
Un buen contable no necesita útiles de cálculo.
Un buen cerrajero no usa barrotes ni cerrojos,
y nadie puede abrir lo que ha cerrado.
Quien ata bien no utiliza cuerdas ni nudos,
y nadie puede desatar lo que ha atado.
Así, el sabio que siempre ayuda a los hombres,
no los rechaza.
El sabio que siempre conserva las cosas,
no las abandona.
De él se dice que está deslumbrado por la luz.
Por esto, el hombre bueno no se considera maestro
de los hombres;
y el hombre que no es bueno estima como buenas las
cosas de los hombres.
No amar el magisterio ni la materia de los hombres,
y aparentar ignorancia, siendo iluminado,
éste es el secreto de toda maravilla.
XXVIII
Quien conoce su esencia masculina,
y se mantiene en el principio femenino,
es como el arroyo del mundo.
Mientras sea como el arroyo del mundo
la virtud eterna no lo abandonará,
y retornará a la infancia.
Quien conoce su propia blancura,
y se mantiene en la oscuridad,
es como ser el modelo del mundo.
Mientras sea como el modelo del mundo,
la virtud eterno no se alterará en él,
y retornará a lo absoluto.
Quien conoce su gloria,
y se mantiene en la desgracia,
es como el valle del mundo.
Mientras sea como el valle del mundo
la virtud eterna le colmará
y retornará a la sencillez.
Lo sencillo, cuando se divide,
modela todos los útiles.
El sabio, cuando gobierna
rige a todos los ministros
y así conserva la unidad.
XXIX
Quien pretende el gobierno del mundo
y transformar éste,
se encamina al fracaso.
El mundo es. un vaso espiritual que no se puede ma-
nipular.
Quien lo manipula lo empeora,
quien lo tiene lo pierde.
Porque, en las cosas,
unas van por delante, otras detrás.
Unas soplan suavemente, otras con fuerza.
Unas son vigorosas, otras débiles.
Unas permanecen, otras caen.
Por esto, el sabio rechaza todo exceso,
evita lo pródigo
y rebaja toda exhuberancia.
XXX
Quien gobierna ateniéndose a Tao
no acosa al mundo con las armas
porque es un uso que tiende a retomar.
Donde acamparon las tropas
sólo pueden nacer espinas y zarzas,
y tras los ejércitos, vienen los años de miseria.
Así, el hombre bueno se conforma con lo obtenido
sin usar la violencia.
Y todo lo toma sin enorgullecerse,
sin jactancia,
sin obstinación,
sin enriquecerse.
Porque, las cosas, cuando han llegado a su madurez
empiezan a envejecer.
Esto ocurre a todo lo opuesto a Tao.
XXXI
Las armas son instrumentos nefastos.
El hombre de Tao nunca se sirve de ellas.
El hombre de bien considera la izquierda como sitio
de honor,
pero permanece a la derecha cuando porta armas.
Las armas son instrumentos nefastos,
no adecuados para el hombre de bien.
Sólo las usa en caso de necesidad,
y lo hace comedidamente,
sin alegría en la victoria.
El que se alegra de vencer
es el que goza con la muerte de los hombres.
Y quien se complace en matar hombres
no puede prevalecer en el mundo.
Para los grandes acontecimientos
el sitio de honor es la izquierda,
y la derecha para los hechos luctuosos.
El segundo jefe se coloca a la izquierda,
y el primer jefe a la derecha, que es el lugar reservado
en los ritos fúnebres.
Quien haya matado
debe llorar con dolor y tristeza.
La victoria en la guerra
debe seguir el rito funerario.
XXXII
El Tao, en su eternidad, carece de nombre.
Aunque mínimo en su unidad,
el mundo no puede contenerla.
Si los príncipes y los reyes
pudieran permanecer en el Tao
todos los seres se les someterían.
El cielo y la tierra
se unirían para llover dulce rocío
El pueblo, sin gobierno
por sí mismo se ordenaría con equidad.
Cuando en el principio se dividió, dando formas a
a todas las cosas,
tuvo nombres.
Con los nombres supo contenerse,
y así, no corre peligro.
El Tao es al universo
como los riachuelos y los valles son respecto a los
ríos y al mar.
XXXIII
El que conoce a los demás es inteligente.
El que se conoce a sí mismo es iluminado.
El que vence a los demás es fuerte.
El que se vence a sí mismo es la fuerza.
El que se contenta es rico.
El que se esfuerza sin cesar es voluntarioso.
El que permanece en su puesto, vive largamente
El que muere y no perece, es eterno.
XXIV
El gran Tao es como río que fluye en todas las direc-
ciones.
Todos los seres le deben la existencia
y él a ninguno se la niega.
Cuando realiza su obra, no se la apropia.
Cuida y alimenta a todos los seres sin adueñarse de
ellos.
Carece de ambiciones,
por eso puede ser llamado pequeño.
Todos los seres retornan a él sin que los reclame,
y por eso puede ser llamado grande.
De la misma forma, el sabio nunca se considera grande,
y así, perpetúa su grandeza.
XXXV
El que guarda la Gran Forma
es el modelo del mundo.
El mundo no sufre mal alguno
y queda en paz, prosperidad y equilibrio.
La música y los manjares
detienen al caminante,
pero lo que exhala el Tao
no tiene sabor.
Se mira el Tao y no complace a la vista.
Se escucha el Tao y no complace al oído.
Se bebe del Tao y es inagotable.
XXXVI
Quien quiera contraer
algo, antes debe extenderlo.
Quien quiera debilitar algo,
antes debe fortalecerle.
Quien quiera destruir algo,
antes debe levantarlo.
Quien quiera obtener algo,
antes debe haberlo dado.
Así es el misterio profundo.
Lo tierno y lo débil
vencen lo duro y fuerte.
No debe salir el pez de 'a profundidad de las aguas.
Ni deben exhibirse los objetos más valiosos del reino.
XXXVII
El Tao, por su naturaleza, no actúa,
pero nada hay que no sea hecho por él.
Si los príncipes y los reyes
pudieran adherírsele,
todos los seres evolucionarían por sí mismos.
Si al evolucionar
apareciera el deseo de obrar,
yo lo mantendría en la simplicidad sin nombre.
En la simplicidad sin nombre no existe el deseo.
Sin deseos es posible la paz
y el mundo se ordena por sí mismo.
XXXVIII
La virtud superior no se precia de virtuosa,
esa es su virtud.
La virtud inferior aprecia su propia virtud,
por eso no tiene virtud.
La virtud superior no actúa
ni tiene objetivos que alcanzar.
La virtud inferior actúa
y tiene objetivos que alcanzar.
La bondad superior actúa
y no tiene objetivos.
La justicia superior actúa
y tiene objetivos.
El rito superior actúa
y, si no halla respuesta, la fuerza.
Así, perdido el Tao, queda la virtud.
Perdida la virtud, queda la bondad.
Perdida la bondad, queda la justicia.
Perdida la justicia, queda el rito.
El rito es sólo apariencia de fidelidad
y origen de todo desorden.
El conocimiento es sólo flor del Tao
y origen de la necedad
Así, el hombre grande
observa lo profundo y no lo superficial.
Se atiene al fruto y no a la flor,
rechaza esto y prefiere aquello.
XXXIX
Lo que antiguamente llegó a la unidad:
El cielo, en su unidad, obtiene la claridad.
La tierra, en su unidad, se torna quieta.
Los espíritus, en su unidad, se hacen poderosos.
El valle, en su unidad, se vuelve lleno.
Todos los seres, en su unidad, se reproducen.
Los príncipes y los soberanos, en su unidad, pueden
gobernar el mundo.
Si el cielo no fuera claro, se descompondría.
Si la tierra no fuera estable, se derrumbaría.
Si los espíritus no fueran poderosos, perecerían.
Si el valle no fuera pleno, desaparecería
Si los seres no se procrearan, se extinguirían.
Si los príncipes y reyes no destacasen, perderían el
gobierno.
Así, la nobleza tiene su raíz en la vileza.
Lo alto tiene por fundamento lo bajo.
Por esto los soberanos se llaman a sí mismos
«el huérfano», «el indigno», «el pobre».
¿No es esto considerar al humilde como su raíz?
El honor máximo es de aquel que no lo pretende.
No se debe preferir ser como el jade,
sino como el más vulgar guijarro.
XL
El retorno es el movimiento del Tao.
La debilidad es la manifestación del Tao.
Todos los seres han nacido del Ser
y el Ser ha nacido del no-ser.
XLI
El espíritu superior que oye hablar del Tao,
lo practica con diligencia.
El espíritu mediocre que oye hablar del Tao,
tanto lo conserva como lo pierde.
El espíritu inferior que oye hablar del Tao,
ríe ruidosamente.
Y, por esta risa, se conoce la grandeza del Tao.
Lo dice el proverbio:
Iluminar con el Tao es como oscurecer.
Progresar con el Tao es como retroceder.
Engrandecer con el Tao es como vulgarizar.
La virtud superior es semejante a un valle en su
oquedad.
El supremo candor es semejante a la ignominia.
La vasta virtud es insuficiente.
La virtud ya fundada es indolente.
La virtud más pura es como un adulterio.
El Tao es como un gran cuadrado que no tiene ángulos,
como una gran vasija que se elabora lentamente,
como un gran sonido de escasa tonalidad,
como un gran cuerpo sin forma.
El Tao es oculto y sin nombre.
Pero el Tao es generoso y realiza todos los seres.
XLII
El Tao engendra el Uno,
el Uno engendra el dos,
el dos engendra el tres.
El tres engendra todos los seres.
Todos los seres llevan la sombra a sus espaldas
y la luz en los brazos.
Y el aliento de la nada resuelve la armonía.
Aquello que el hombre aborrece,
la soledad, la pobreza, la indignidad,
es el título requerido por los soberanos.
Porque lo que se disminuye crece
y lo que se engrandece es disminuido.
Yo enseño lo que otros han enseñado:
«el hombre violento no tendrá una muerte natural».
Esta es la guía de mi enseñanza.
XLIII
Lo más blando del mundo
vence a lo más duro.
La nada penetra donde no hay resquicio.
Por esto conozco la utilidad de la no-acción.
Enseñanza sin palabras.
Eficacia en la no-acción.
Pocos en el mundo llegan a comprenderlo.
XLIV
¿Qué es más íntimo a nuestra naturaleza,
la fama o el propio cuerpo?
¿Qué es más apreciable, la salud o la riqueza?
¿Qué nos duele más,
ganar una cosa o perder la otra?
Quien mucho estima su nombre, despilfarra su amor.
Quien mucho acapara, mucho pierde.
Quien se contenta con poco nunca es agraviado.
Quien se contiene no sufre peligros y vivirá larga-
mente.
XLV
La mayor perfección es de apariencia imperfecta,
pero su acción es inagotable.
La mayor plenitud es de apariencia vacía,
pero su acción es inagotable.
La mayor rectitud es en apariencia retorcida.
La mayor habilidad es en apariencia torpe.
La mayor elocuencia es en apariencia incongruente.
El movimiento vence al frío.
La quietud vence al calor.
La quietud absoluta es la norma del mundo.
XLVI
Cuando el Tao reina en el mundo
los caballos de guerra acarrean estiércol.
Cuando no hay Tao en el mundo
los caballos de guerra abundan en los arrabales.
No hay mayor error que consentir los deseos.
No hay mayor desgracia que ser insaciable.
No hay mayor vicio que ser codicioso.
Quien sabe contentarse
siempre está saciado.
XLVII
Sin salir de la puerta
se conoce el mundo.
Sin mirar por la ventana
se ve el camino del cielo.
Cuanto más lejos se va,
menos se aprende.
Así, el sabio,
no da un paso y llega,
no mira y conoce,
no actúa y cumple.
XLVIII
Por el estudio se acumula día a día.
Por el Tao se disminuye día a día.
Disminuyendo cada vez más
se llega a la no-acción.
Por la no-acción
nada se deja sin hacer.
El mundo siempre se ha ganado sin acción.
La acción no es suficiente para ganar el mundo.
XLIX
El sabio no tiene un espíritu constante.
Hace suyo el espíritu del pueblo.
Ama a los buenos
y también a los que no son buenos,
y así consigue la bondad.
Confía en el sincero
y también en los que no son sinceros,
y así consigue la fidelidad.
El sabio vive en el respeto de todos.
A todos reúne en su espíritu.
El pueblo vuelve hacia él sus ojos y acerca sus oídos,
y el sabio los trata como a niños.
L
Vivir es llegar y morir es volver.
Tres hombres de cada diez caminan hacia la vida.
Tres hombres de cada diez caminan hacia la muerte.
Tres hombres de cada diez mueren en el ansia de vivir.
¿Cómo puede sobrevivir el décimo hombre?
He oído decir que quien sabe cuidarse
viaja sin temor al rinoceronte
ni al tigre,
y va desarmado al combate.
El rinoceronte no encuentra donde hincarle el cuerno,
ni el tigre donde clavarle su garra,
ni el arma donde hundir su filo.
¿Por qué?
Porque en él nada puede morir.
LI
El Tao engendra.
La virtud nutre.
La materia conforma.
La energía perfecciona.
Por esto, de todos los seres
no hay ninguno
que no venere al Tao
y estime la virtud.
Esta veneración al Tao
y la estima de la virtud
no es impuesta sino
una eterna inclinación espontánea.
Porque el Tao los engendra,
la virtud los nutre,
los hace crecer, los perfecciona,
los conserva, los madura
y los protege.
Engendrar y criar,
engendrar sin apropiarse,
obrar sin pedir nada,
guiar sin dominar,
esta es la gran virtud.
LII
Todo cuanto existe tuvo un origen,
la madre del mundo.
Quien conoce a la madre
conoce a los hijos.
Quien conoce a los hijos
preserva a la madre
y su vida no correrá peligro.
Tapa los orificios,
cierra las puertas,
y vivirás sin fatiga.
Abre los orificios,
aumenta los trabajos,
y estarás indefenso toda la vida.
Ver lo pequeño
es clarividencia.
Conservarse débil
es fortaleza.
Usar la luz
para volver a la claridad,
y proteger el cuerpo de todo daño,
es vestirse de eternidad.
LIII
Quisiera poseer la sabiduría
para poder marchar por el gran camino
sin temor a desviarme.
El gran camino es llano
pero la gente ama los senderos.
La corte de todo tiene abundancia
pero los campos están llenos de malas hierbas
y los graneros vacíos.
Vestirse ropas lujosas,
ceñir afiladas espadas,
hartarse de bebida y de manjares,
retener grandes riquezas,
es como el robo;
no es Tao.
LIV
Lo que está bien plantado no será arrancado.
Lo que está bien abrazado no será soltado.
A los antepasados ofrecerán siempre sacrificios los
hijos y los nietos
Si la cultiva en sí mismo
su virtud será verdadera.
Si la cultiva en su familia
su virtud será abundante.
Si la cultiva en su pueblo
su virtud será grande.
Si la cultiva en el Estado
su virtud será poderosa.
Si la cultiva en el mundo
su virtud será universal
Por esto, conoce a otros por sí mismo;
conoce las familias por la virtud de su familia;
conoce los pueblos por la virtud de su pueblo;
conoce los estados por la virtud de su estado;
conoce el mundo por la virtud del mundo.
¿Cómo saber que así se conoce el mundo?
Por esto mismo.
no sele puede despreciar
LV
Quien alcanza la mayor virtud
es como un recién nacido.
Los reptiles venenosos no le pican.
Las fieras salvajes no le atacan.
Las aves rapaces no le arrebatan.
Tiene blandos los huesos
y débiles los tendones,
pero agarra firmemente.
Ignora la unión de los sexos,
pero posee la íntegra plenitud de su esperma.
Grita todo el día,
pero no enronquecer;
es la perfecta armonía.
Conocer la armonía es eternidad.
Conocer la eternidad es ser iluminado.
Intensificar la vida es nefasto.
Controlar el aliento es fortaleza.
Los seres, cuando han llegado a su madurez,
empiezan a envejecer.
Esto ocurre a todo lo opuesto a Tao.
Y lo puesto a Tao pronto acaba.
LVI
Quien le conoce no habla
y quien habla no le conoce.
Tapa los orificios,
cierra las puertas,
suaviza las asperezas,
disuelve la confusión
atenúa los resplandores,
se identifica con el polvo,
esta es la unidad misteriosa.
No se le puede atraer;
no se le puede rechazar;
no se le puede beneficiar;
no sele puede perjudicar;
no sele puede honrar;
Por esto, es lo más valioso del mundo.
LVII
Con rectitud se gobierna el Estado.
Con sagacidad se lucha en la guerra.
Con la no-acción se conquista el mundo.
Cómo lo sé?
Por esto:
Cuantas más limitaciones y prohibiciones haya,
más pobre será el pueblo.
Cuantas más armas,
mas desorden habrá en el reino.
Cuanta más astucia,
mas hechos extraños ocurren.
Cuantas más leyes y decretos,
más ladrones aparecen.
Por esto el sabio dice:
Yo nada hago
y el pueblo por sí mismo progresa.
Yo quedo en la quietud
y el pueblo por sí mismo mejora.
Yo no negocio
y el pueblo por sí mismo se enriquece.
Yo nada deseo
y el pueblo por sí mismo vuelve a la sencillez.
LVIII
Cuando el gobierno es inactivo,
el pueblo es diligente.
Cuando el gobierno es activo,
el pueblo es indolente.
La desgracia reposa en la dicha,
y la dicha reposa en la desgracia.
¿Quién conoce el punto medio?
No hay una norma.
La rectitud degenera en extravagancia
y la bondad en monstruosidad.
Mucho tiempo hace que el hombre se engaña por esto.
Así, el sabio es recto pero no tajante,
anguloso pero no hiriente,
firme pero no insolente,
claro pero no deslumbra
LIX
En el gobierno de los hombres y al servicio del cielo,
lo mejor es la moderación.
La moderación todo lo somete.
Quien consigue pronto el sometimiento,
acumula mucha virtud.
Con la virtud acumulada,
vencerá en todo.
Venciendo en todo,
llegará a límites insospechados.
Puede incluso apoderarse del reino.
Poseyendo a la Madre del reino,
puede durar mucho tiempo.
Es el camino de la profunda raíz de la sólida base,
del largo vivir y vista duradera.
LX
Se gobierna un gran Estado
con el cuidado conque se fríen los pececillos.
Si se gobierna el mundo con Tao,
los manes de los muertos no usarán su poder.
No porque los manes no se hagan espíritus,
sino porque éstos no dañarán a los hombres.
Los espíritus no dañarán a los hombres,
y tampoco el sabio los daña.
Si no se perjudican mutuamente,
la virtud reúne a ambos.
LXI
Un gran reino es un cauce profundo
hacia el que todo fluye.
Es la hembra del mundo.
La hembra, por su quietud, vence al macho y perma-
nece abajo.
Un gran reino se humilla ante el pequeño,
y así lo posee.
Un reino pequeño se humilla ante el grande,
y así se engrandece.
Uno vence humillándose
y el otro quedando abajo.
El gran reino desea reunir y criar.
El pequeño reino desea servir.
Para provecho de ambos y el logro de sus deseos,
el más grande debe mantenerse abajo.
LXII
El Tao es lo más profundo de todos los seres.
Es el tesoro del hombre bueno,
y el amparo del que no es bueno.
Las bellas palabras ganan honores,
los bellos actos elevan al hombre.
Así, al coronarse un emperador, y nombrar a sus tres
ministros,
mejor que llevar jade en las manos,
y presentar la cuadriga,
vale más cumplir con Tao.
Los antiguos estimaban a Tao porque quien busca su
posesión, aleja la culpa.
Pero esto, es lo más valioso del mundo.
LXIII
Actuar y no actuar,
realizar y no realizar,
sabroso e insípido,
grande y pequeño,
mucho y poco,
en todo rige la virtud.
Acomete la dificultad por su lado más fácil.
Ejecuta lo grande comenzando por lo más pequeño.
Las cosas más difíciles se hacen siempre abordándolas
en lo que es más fácil,
y las cosas grandes en lo que es más pequeño.
El sabio no emprende grandes cosas,
y en ello está su propia grandeza.
El que promete a la ligera
merece poco crédito.
El que todo lo encuentra fácil
difícil le será todo.
Por esto, el sabio en todo considera la dificultad,
y en nada la halla.
LXIV
Lo que está en reposo es fácil de retener.
Lo que no ha sucedido es fácil de resolver.
Lo que es frágil es fácil de romper.
Lo que es menudo es fácil de dispersar.
Prevenir antes de que suceda,
y ordenar antes de la confusión.
El árbol que casi no puede rodearse con los brazos,
brotó de un germen minúsculo.
La torre de nueve pisos,
comenzó por un montón de tierra. El viaje de mil [ li ],
empezó con un paso.
Quien actúa, fracasa.
Quien tiene, pierde,
Por esto, el sabio nada hace y no fracasa;
nada posee, y nada pierde.
El hombre suele malograr la obra cuando va a con-
cluirla.
Cuidando del final como del principio,
ninguna obra se perdería.
Por esto, el sabio aspira a no desear nada
y a despreciar lo valioso.
Aprende a no aprender,
regresa por el camino que los demás ya han recorrido,
y así, sin atreverse a obrar,
favorece la evolución natural de todos los seres.
LXV
Los antiguos que seguían el Tao
no esclarecían con ello al pueblo;
lo conservaban, por el contrario, en su sencillez.
Si un pueblo es difícil de gobernar,
es culpa de los avispados.
Quien gobierna con la inteligencia
arruina el Estado.
Quien gobierna sin servirse de la astucia
enriquece el Estado.
Conocer estas dos cosas
es conocer la verdadera norma.
Conocer esta norma
es poseer la misteriosa virtud.
La misteriosa virtud es profunda y extensa;
es lo inverso a todas las cosas,
pero por ella todo se armoniza.
LXVI
Los ríos y los mares son los reyes de los Cien Valles
porque se mantienen abajo.
Por esto, pueden ser reyes de todos los valles.
Así, el sabio que quiere ser superior al hombre
se rebaja en sus palabras.
Para ser la cabeza del pueblo,
se queda atrás.
Así, el sabio permanece arriba
y el pueblo no siente su peso.
Conserva el primer puesto
y no molesta al pueblo.
Todo el mundo lo alza con entusiasmo sin cansarse
de él.
Como a nadie combate
nadie le ataca.
LXVII
En el mundo todos dicen que soy grande
y no lo parezco.
Porque soy grande
no lo parezco.
Si lo pareciera hubiera dejado de serio,
y hace mucho tiempo que sería pequeño.
Poseo tres tesoros que guardo:
el primero es amor,
el segundo es moderación,
el tercero es humildad.
Por el amor puedo ser valeroso.
Por la moderación puedo ser generoso.
Por la humildad puedo ser el primero.
Pero sin amor no se puede ser valeroso,
sin moderación no se puede ser generoso,
sin humildad no se puede ser el primero.
De otro modo se camina a la muerte.
Quien ataca con amor, vence.
Quien se defiende con amor, es firme.
Quien por el cielo es salvado, le protege el amor.
LXVIII
El buen militar no es belicioso
El buen guerrero no es irascible.
El buen vencedor evita la guerra
El buen conductor de hombres,
se supedita a ellos.
Esta es la virtud de no-combatir
para poder conducir a los hombres.
Este es el modo más perfecto
de unirse a la norma del cielo.
LXIX
Dice un viejo proverbio militar:
«Es preferible ser huésped que anfitrión.
Es preferible retroceder un pie
que avanzar una pulgada».
A esto se llama
progresar sin avanzar,
rechazar sin usar los brazos,
replicar sin herir,
y vencer sin armas.
No hay peligro mayor
que desestimar al enemigo.
Así se arriesga el tesoro.
Por esto, el ejército más afligido por la guerra,
alcanza la victoria.
LXX
Mis palabras son fáciles de comprender
y fáciles de practicar.
Pero nadie en el mundo las comprende,
nadie las practica.
Mis palabras tienen su fundamento
y los actos tienen su dueño.
Pero nadie los conoce y nadie me conoce a mí.
Raros son los que siguen
y éste es el máximo valor.
El sabio oculta bajo pobres vestidos
piedras preciosas en su pecho.
LXXI
Conocer y no saberlo, ésta es la perfección.
No conocer y estimarse sabio,
éste es el mal.
Conocer el propio mal
es liberarse de mal.
El sabio no tiene mal;
porque lo reconoce no lo padece.
LXXII
Si el pueblo no teme el peligro,
le amenaza el peor peligro.
No padezcas por tu casa estrecha,
no padezcas por tu vida pobre.
No permitas la pena y no la sufrirás.
El sabio se, conoce
y no se exhibe.
Se ama a sí mismo
pero no se a recia.
Deja esto y sigue aquello.
LXXIII
El valor del osado le conduce a la muerte.
El valor del prudente le conserva la vida.
Uno es el perjudicado
y el otro el beneficiado.
Del que resulta dañado,
¿quién sabe los motivos del cielo?
Esta es la duda del sabio.
El camino del cielo
es saber vencer sin combatir,
responder sin hablar,
atraer sin llamar,
y actuar sin agitarse.
Amplia es la red del cielo
y de anchas mallas,
pero nada se le escapa.
LXXIV
Sí el pueblo no teme la muerte,
¿Cómo atemorizarlo con la muerte?
Pero si teme la muerte,
lo que siempre teme,
y el que viola la ley puede ser apresado y matado,
¿quién se atreverá a hacer este mal?
La muerte s6lo es propia de un verdugo.
Quien mata en su lugar
es como sustituir al carpintero en el uso de su herra-
mienta,
raro es que no se hiera la mano.
LXXV
El pueblo tiene hambre
porque los monarcas exigen muchos impuestos,
Por esto tiene hambre.
El pueblo se rebela
porque el monarca actúa demasiado.
Por esto se rebela.
El pueblo no teme la muerte
porque vive con dificultad.
Por esto no teme la muerte.
Quien vive con mucha dificultad
no puede estimar la vida.
LXXVI
El hombre al nacer es blando y flexible,
y al morir queda rígido y duro.
Las plantas al nacer son tiernas y flexibles
y al morir quedan duras y secas.
Lo duro y lo rígido
son propiedades de la muerte.
Lo flexible y blando
son propiedades de la vida.
Por esto, la fortaleza de las armas
es la causa de su derrota,
y el árbol robusto es abatido.
Lo duro y fuerte es inferior
y lo blando y frágil es superior
LXXVII
El camino del cielo
semeja a quien tensa el arco.
Humilla lo alto y alza lo bajo.
Rebaja lo que sobra y completa lo que falta.
El camino del cielo
es quitar al que le sobra
y dar al que le falta.
El camino del hombre,
sin embargo, es muy distinto:
quita al que le falta
y añade al que le sobra.
¿Quién ofrece al mundo todo lo que le sobra?
Sólo quien tiene el Tao.
El sabio hace y no retiene,
nada exige por su obra
y oculta su sabiduría.
LXXVIII
Nada hay en el mundo tan blando como el agua.
Pero nada hay que la supere contra lo duro.
Lo blando vence a lo duro,
lo débil vence a lo fuerte.
Nadie desconoce esta verdad
pero nadie la practica.
Por esto el sabio dice:
Aquel que asume todas las corrupciones de un reino,
merece ser su soberano.
Aquel que soporta todos los males de un reino,
puede ser soberano del imperio.
Las palabras de la Verdad parecen paradójicas.
LXXIX
Aunque la paz se haga entre grandes enemigos,
persiste entre ambos el rencor.
¿Es esto un bien?
El sabio prefiere la peor parte de un contrato,
y no se querella con los demás.
El virtuoso se atiene a lo acordado.
El que no tiene virtud persigue su ganancia.
El camino del cielo a nadie favorece,
pero siempre beneficia al hombre bueno.
LXXX
Un reino pequeño, de poca población,
no emplearía todas sus cosas.
Los habitantes temerían la muerte
y no se alejarían en largas expediciones.
Aunque tuvieran bancos y carros,
no los utilizarían.
Aunque tuvieran armas y corazas,
no las mostrarían.
El pueblo volvería a ocuparse
de anudar cuerdas.
Y encontraría sabrosa su comida,
buenas sus ropas,
tranquilas sus casas,
alegres sus costumbres.
En dos reinos vecinos,
tan cercanos que mutuamente se oirían sus perros y
gallos,
las gentes morirían muy viejas
sin haberse visitado jamás.
LXXXI
Las palabras veraces no son agradables,
y las agradables no son veraces.
El hombre bueno no gusta de discutir,
y el que discute no es hombre bueno.
El sabio no es erudito
y el erudito no es sabio.
El sabio no atesora,
y ofreciendo a los demás,
se hace rico.
El camino del cielo beneficia y no perjudica.
La norma del sabio es obrar sin combatir.

http://www.tinet.org/~elebro/tao/tindice.html

Principios en el Tai Chi Chuan
Vencer el movimiento con la quietud (Yi Jing Zhi Dong) 以靜制動
Vencer a la dureza con la suavidad (Yi Rou Ke Gang) 以柔克剛
Vencer lo rápido con lo lento (Yi Man Sheng Kuai) 以慢勝快


Yoga de Patañjali

SAMÂDHIPÂDAH I
1 Aquí comienza la enseñanza del Yoga que ejerce autoridad.
2 El Yoga es la aptitud para dirigir la mente exclusivamente hacia un objeto y mantener esa dirección sin distracción alguna.
3 Entonces nace la capacidad de comprender plena y correctamente el objeto.
4 La aptitud para comprender el objeto se ve simplemente reemplazada por la concepción que la mente tiene de dicho objeto, o bien por una falta total de comprensión.
5 Las actividades de la mente son cinco, Cada una de ellas puede ser beneficiosa y puede causar problemas.
6 Las cinco actividades son: la comprensión, la comprensión defectuosa, la imaginación, el sueño profundo y la memoria.
7 La comprensión se basa en la observación directa del objeto, la inferencia y la referencia a autoridades dignas de confianza.
8 La comprensión defectuosa es la comprensión que se toma por correcta hasta que condiciones más favorables revelan la naturaleza real del objeto.
9 La imaginación es la comprensión de un objeto basada únicamente en palabras y expresiones, incluso en ausencia del objeto.
10 Hay sueño profundo cuando la mente está inmersa en la pesadez y ninguna otra actividad está presente.
11 La memoria es la retención mental de una experiencia consciente.
12 La mente puede alcanzar el estado de Yoga por medio de la práctica y el desapego.
13 La práctica es, fundamentalmente, el justo esfuerzo necesario para avanzar hacia el estado de Yoga, alcanzarlo y mantenerlo.
14 Sólo si la práctica adecuada se mantiene largo tiempo, sin interrupciones, con las cualidades de celo y actitud positiva, puede ésta triunfar.
15 En el más alto grado hay ausencia total de aspiración a contentar los sentidos o a vivir experiencias extraordinarias.
16 Quien ha alcanzado la plena comprensión de su verdadero ser ya no se verá perturbado por influencias que le distraigan, tanto en su interior como a su alrededor.
17 Entonces el objeto es gradualmente comprendido de manera plena. Esta comprensión es, al principio, más o menos superficial pero, con el tiempo, se hace más profunda. Llega un día que es total. Nace una alegría pura como consecuencia de una tal profundidad de comprensión que entonces el individuo está tan unido al objeto que pierde consciencia de lo que le rodea.
18 Las perturbaciones mentales habituales están ausentes. A pesar de ello, los recuerdos del pasado subsisten.
19 Habrá algunas personas nacidas en un estado de Yoga. No necesitan practicar ni disciplinarse.
20 Gracias a la fe, que proporcionará la energía suficiente para superar todas las situaciones, se mantendrá la dirección. La consecuencia del objetivo del Yoga exige tiempo.
21 A más intensa es la fe y el esfuerzo, más cercano está el objetivo.
22 La profundidad de la fe varía inevitablemente de una persona a otra y, en una misma persona, varía con el tiempo. Los resultados reflejarán estas variaciones.
23 Ofrecer regularmente plegarias a Dios, con sentimiento de sumisión a Su poder, permite ciertamente alcanzar el estado de Yoga.
24 Dios es el Ser Supremo, cuyas acciones no se basan jamás en la comprensión defectuosa.
25 Él conoce todo lo que se puede conocer.
26 Dios es eterno. De hecho es el enseñante último. Es la fuente de "Guía" para todos los instructores pasados, presentes y futuros.
27 La forma más apropiada tiene en cuenta las cualidades de Dios.
28 Para estar en relación con Dios es necesario dirigirse a Él de una manera adecuada y reflexionar regularmente sobre Sus cualidades.
29 Llegará un momento en que la persona percibirá su auténtica naturaleza. Ya no se verá perturbada por ninguna de las interrupciones que pueden aparecer a lo largo de su camino hacia el estado de Yoga.
30 Hay nueve tipos de interrupciones al desarrollo de la claridad mental: la enfermedad, el estancamiento mental, las dudas, la imprevisión, la fatiga, el exceso de complacencia, las ilusiones sobre el verdadero estado mental de uno mismo, la falta de perseverancia y la regresión. Son obstáculos porque crean perturbaciones mentales y refuerzan las distracciones.
31 Todas estas interrupciones provocan uno o más de los siguientes síntomas: incomodidad mental, pensamiento negativo, incapacidad de sentirse cómodo en diferentes posturas corporales y dificultad para controlar la propia respiración.
32 Si se puede escoger y poner en práctica un medio apropiado para estabilizar la mente, las interrupciones no pueden echar raíces, sean cuales sean las provocaciones.
33 En la vida cotidiana vemos, a nuestro alrededor, personas más felices que nosotros. Algunas hacen cosas dignas de elogio, otras originan problemas. Sea cual sea nuestra actitud habitual hacia tales personas y sus acciones, si podemos estar contentos con aquellos que son más felices que nosotros, ser compasivos con los infortunados, estar alegres con los que realizan acciones dignas de elogio y si los errores de los demás no nos afligen, nuestras mentes estarán muy tranquilas.
34 Puede ser útil la práctica de ejercicios respiratorios a base de expiraciones prolongadas.
35 Por medio de la indagación habitual sobre el papel de los sentidos podemos reducir las distorsiones mentales.
36 Por medio de la indagación sobre lo que es la vida y sobre lo que nos mantiene vivos, podemos encontrar algún alivio a nuestras distracciones mentales.
37 Cuando nos enfrentamos a problemas, el consejo de alguien que haya dominado problemas similares puede ser de gran ayuda.
38 La exploración de nuestros sueños, de nuestro sueño y de las experiencias vividas en estados o en relación con ellos nos puede ayudar a clarificar algunos de nuestros problemas.
39 Toda indagación digna de interés puede calmar la mente.
40 Cuando este estado ha sido alcanzado, no hay nada que sobrepase la capacidad de comprensión. La mente puede mantenerse y ayudar a comprender lo simple y lo complejo, lo infinito y lo infinitesimal, lo perceptible y lo imperceptible.
41 Cuando la mente está libre de distracción, todos los procesos mentales pueden estar implicados en el objeto de indagación. Al permanecer en este estado, gradualmente se llega a estar totalmente absorto en el objeto. Entonces la mente refleja, como un diamante sin defecto, los trazos de dicho objeto y nada más.
42 Al principio, a causa de nuestras experiencias e ideas pasadas, nuestra comprensión del objeto está deformada. Todo lo que ha sido oído, leído o sentido puede interferir en nuestra percepción.
43 Cuando se sostiene la dirección de la mente hacia el objeto, las ideas y recuerdos del pasado pierden terreno gradualmente, La mente llega a ser transparente como un cristal y es una sola cosa con el objeto. En este momento no hay sentimiento de uno mismo. Es la percepción pura.
44 Este proceso es posible con cualquier tipo de objeto, a todo nivel de percepción: superficial y general o profundo y específico.
45 La mente no puede comprender la fuente misma de la percepción que hay en nosotros. Por lo demás, sus objetos de comprensión son ilimitados.
46 Todos estos procesos que consisten en dirigir la mente exigen un objeto de indagación.
47 Entonces la persona empieza a conocerse verdaderamente.
48 Entonces lo que esa persona ve y comparte con otros está libre de error.
49 Su conocimiento ya no se basa en la memoria o en la inferencia. Es espontáneo, directo y se realiza a un nivel y con una intensidad que sobrepasan lo ordinario.
50 A medida que esta cualidad mental de reciente adquisición se va reafirmando gradualmente, domina las otras tendencias mentales basadas en la comprensión defectuosa.
51 La mente alcanza un estado en el que no hay impresión de ninguna clase. Es abierta, límpida, simplemente transparente.
SÂDHANAPÂDAH II
1 La práctica del Yoga debe reducir las impurezas, tanto físicas como mentales. Debe desarrollar nuestra capacidad de examinarnos a nosotros mismos y debe ayudarnos a comprender que, al fin y al cabo, no somos los dueños de todo lo que hacemos.
2 Entonces estas prácticas eliminarán sin duda los obstáculos que impiden la claridad de percepción.
3 Los obstáculos son las comprensiones defectuosas, la confusión de valores, el exceso de apego, las aversiones irracionales y el sentimiento de inseguridad.
4 La comprensión defectuosa es la fuente de todos los demás obstáculos, que no aparecen necesariamente al mismo tiempo y cuyo impacto es variable. A veces son oscuros y apenas discernibles, a veces visibles y dominantes.
5 La comprensión defectuosa conduce a errores de comprensión de las características, origen y efectos de los objetos percibidos.
6 La falsa identificación se establece cuando consideramos la actividad mental como la verdadera fuente de la percepción.
7 El apego excesivo está basado en la convicción de que contribuirá a la felicidad eterna.
8 Las aversiones irracionales suelen ser el resultado de experiencias penosas sufridas en el pasado, ligadas a situaciones y objetos concretos.
9 La inseguridad es el sentimiento innato de ansiedad ante el futuro. Afecta tanto a ignorantes como a sabios.
10 Cuando los obstáculos parecen no estar presentes, es importante mostrarse vigilante.
11 Avanzar hacia un estado de reflexión para reducir su impacto e impedirles recobrar la fuerza.
12 Los obstáculos influyen en nuestras acciones y sus consecuencias. Dichas consecuencias pueden ser o no evidentes en el momento de la acción.
13 Mientras prevalecen los obstáculos, todos los aspectos de la acción se afectan: su ejecución, su duración y sus consecuencias.
14 Las consecuencias de una acción serán dolorosas o beneficiosas según si los obstáculos estaban o no presentes en el planteamiento o realización de dicha acción.
15 Los efectos dolorosos de todo objeto o situación pueden provenir de uno o varios de los factores siguientes: cambios en el objeto percibido, deseo de repetir experiencias agradables y poderoso efecto del condicionamiento pasado. Por otra parte, pueden influir cambios que se produzcan en el propio individuo.
16 Los efectos dolorosos que pueden producirse deben ser previstos y evitados.
17 La causa de las acciones que producen efectos dolorosos es la incapacidad para distinguir lo que es percibido de lo que percibe.
18 Todo lo que es percibido abarca no sólo los objetos externos, sino también la mente y los sentidos. Comparten tres cualidades: pesadez, actividad y claridad. Ejercen dos tipos de efectos: exponer a "lo que percibe" a sus influencias o procurar lo medios para hacer la distinción entre ellos y "lo que percibe".
19 Todo lo que es percibido está relacionado porque comparte las tres cualidades.
20 Lo que se percibe no está sometido a ninguna variación, pero percibe siempre por medio de la mente.
21 Todo lo perceptible sólo tiene una finalidad: ser percibido.
22 La existencia y la apariencia de todos los objetos de percepción son independientes de las necesidades de un "lo que percibe" en concreto. Existen sin referencia individual para poder atender a las diversas necesidades de otros individuos.
23 Todo lo que es percibido, sea lo que sea y sea cual sea su efecto sobre un individuo dado, no tiene, en definitiva, más que una finalidad: clarificar la distinción entre el mundo exterior que es visto y el mundo interior que ve.
24 La falta de claridad en la distinción entre lo que percibe y lo que es percibido se debe al cúmulo de comprensión defectuosa.
25 Cuando la comprensión defectuosa se reduce, la claridad aumenta proporcionalmente. Esta es la vía hacia la libertad.
26 Los medios deben ser dirigidos esencialmente hacia el desarrollo de la claridad, para que se convierta en evidente la diferencia entre las cualidades cambiantes de lo que es percibido y la inmutable cualidad de lo que se percibe.
27 La obtención de la claridad es un proceso gradual.
28 La práctica y la indagación sobre los diversos aspectos del Yoga reducen gradualmente los obstáculos como la comprensión defectuosa. Entonces la luz de la percepción aparece y la distinción entre lo que percibe y lo que es percibido se hace más evidente. Ahora todo puede ser comprendido sin error.
29 La práctica del Yoga comprende:
Yama (nuestras actitudes respecto a lo que nos rodea), Niyama( nuestras actitudes hacia nosotros mismos.), Âsana (la práctica de ejercicios físicos),Prânâyâma (la práctica de ejercicios respiratorios), Pratyâhâra (la sujeción de los sentidos), Dhâranâ (la capacidad de dirigir la mente), Dhyâna (la capacidad de desarrollar interacciones con lo que intentamos comprender),Samâdhi (la integración completa con el objeto de nuestra comprensión).
30 Yama. Consideración hacia todos los seres vivos, en particular hacia los inocentes, los que están en apuros o en una situación peor que la nuestra. Comunicación adecuada por medio del lenguaje, escritos, gestos y acciones. Abandono de la codicia o capacidad de resistir al deseo de lo que no nos pertenece. Moderación en todos nuestros actos. Abandono de la avaricia o capacidad de aceptar sólo lo apropiado.
31 Cuando la adopción de estas actitudes frente al mundo que nos rodea ya no es un mero compromiso, sea cual sea la situación social, cultural, intelectual e individual, es que se acerca a la irreversibilidad.
32 Niyama. Limpieza, es decir, mantener limpio y aseado nuestro cuerpo y nuestro entorno. Contentamiento o facultad de sentirse a gusto con lo que se posee y lo que no se posee. Eliminación de las impurezas que hay en nuestro organismo físico y mental por la práctica de hábitos correctos de sueño, ejercicio, nutrición, trabajo y relajación. Estudio y necesidad de revisar y evaluar nuestros progresos. Veneración de una inteligencia superior o aceptación de nuestros límites frente a Dios, el Omnisciente.
33 Cuando estas actitudes son cuestionadas, puede ser útil la reflexión sobre las posibles consecuencias de otras actitudes alternativas.
34 Por ejemplo, un deseo súbito de actuar con rudeza, de apoyar o aprobar acciones duras, puede ser frenado reflexionando sobre sus consecuencias nocivas. Actos de este tipo provienen, a menudo, de instintos inferiores como la cólera, la posesividad o un juicio deficiente. Sea cual sea la importancia de estas acciones, la reflexión en una atmósfera favorable puede frenar nuestros deseos de actuar de esta manera.
35 A más considerado se es, más se estimulan sentimientos amigables en todos aquellos que se encuentran en nuestra presencia.
36 Quien muestra un fino sentido de la comunicación no errará en sus actos.
37 Quien es digno de confianza, porque no codicia lo que pertenece a otros, tiene naturalmente la confianza de todos, que lo comparten todo con él, por muy preciosa que sea la cosa a compartir.
38 A su más alto nivel, la moderación produce la más alta vitalidad individual.
39 Quien no es avaricioso está seguro. Tiene tiempo de entregarse a la reflexión profunda. Su comprensión de sí mismo es completa.
40 La limpieza, al desarrollarse, señala lo que debe ser constantemente cuidado y lo que es eternamente limpio. Lo que se deteriora es exterior. Lo que no se deteriora está, profundamente en nuestro interior.
II. 41 Además llegamos a ser capaces de reflexionar sobre la muy profunda naturaleza de nuestra propia individualidad, incluyendo la fuente de la percepción, sin sufrir la distracción de los sentidos y libres de la comprensión defectuosa acumulada en el pasado.
II. 42 El resultado del contentamiento es la felicidad completa.
II. 43 La eliminación de las impurezas permite un funcionamiento más eficaz del cuerpo.
II. 44 El estudio, llevado a su más alto grado, nos acerca a fuerzas superiores que ayudan a comprender lo más complejo.
II. 45 Venerar a Dios proporciona la capacidad de comprender completamente cualquier objeto que se elija.
II. 46 Âsana y prânâyâma La âsana debe tener una doble cualidad: la atención y la relajación
II. 47 Estas cualidades pueden ser obtenidas reconociendo y observando las reacciones del cuerpo y de la respiración a las diferentes posturas que constituyen la práctica de âsana. Una vez conocidas, estas reacciones pueden ser dominadas paso a paso.
II. 48 Si estos principios se siguen correctamente, la práctica de âsana ayudará al practicante a soportar, e incluso minimizar, el efecto de las influencias exteriores sobre el cuerpo: la edad, el clima, la alimentación y el trabajo.
II. 49 El prânàyâma es la regulación consciente y deliberada de la respiración, que reemplaza las formas inconscientes de respiración. Sólo es posible si se tiene un cierto dominio de la práctica de âsana.
II. 50 Comprende la regulación de la expiración, de la inspiración y de la supresión de la respiración. La regulación de estas tres fases se realiza modulando su duración y manteniendo esta modulación durante un cierto tiempo. La mente debe centrarse en este proceso. Los componentes de la respiración deben ser, a la vez, largos y uniformes.
II. 51 Entonces la respiración trasciende el plano de la conciencia.
II. 52 La practica regular de prânâyâma reduce los obstáculos que inhiben la clara percepción.
II. 53 La mente está preparada ahora para ser dirigida hacia un objeto elegido.
II. 54 La sujección de los sentidos se produce cuando la mente es capaz de permanecer en la dirección elegida y los sentidos, que se desvían de los diversos objetos del entorno, siguen fielmente la orientación de la mente.
II. 55 Entonces los sentidos son dominados.
VIBHÛTIPÂDAH (III)
III. 1 La mente ha alcanzado la capacidad de ser dirigida (dhâranâ) cuando la dirección hacia un objeto escogido es posible, sin tener en cuenta la existencia de numerosos objetos potenciales al alcance de la persona.
III. 2 Entonces las actividades mentales forman una corriente ininterrumpida, en relación exclusiva con el objeto.
III. 3 Pronto la persona estará tan absorvida por el objeto que ya sólo es aparente la comprensión de dicho objeto. Es como si la persona hubiera perdido su propia identidad. Es la integración completa en el objeto de comprensión (samâdhi).
III. 4 Cuando estos procesos se aplican al mismo objeto de forma continua y exclusiva, la práctica recibe el nombre de samyama.
III. 5 Practicar samyama sobre un objeto elegido lleva a un conocimiento completo de éste, en todos sus aspectos.
III. 6 El samyama debe desarrollarse gradualmente.
III. 7 Comparativamente, los tres aspectos del Yoga descritos en estos sûtras (III. 1, 2 y 3) son más complejos que los cinco primeros aspectos del Yoga (sûtra II. 29).
III. 8 El estado en que la mente está exenta de toda impresión y nada queda fuera de su alcance (nirbîjah samâdhi) es más complejo que el estado en que se dirije la mente hacia un objeto (samâdhi).
III. 9 La mente puede tener dos estados, basados en dos tendencias distintas: la distracción y la atención. Ahora bien, a cada instante prevalece un solo estado y ese estado determina el comportamiento, las actitudes y los modos de expresión de la persona.
III. 10 Por una práctica constante e ininterrumpida, la mente puede mantenerse en el estado de atención durante largo tiempo.
III. 11 La mente alterna entre la posibilidad de una intensa concentración y un estado que otros objetos pueden llamar su atención.
III. 12 La mente alcanza un nivel en que permanece en sólida y continua relación con el objeto. Las distracciones dejan de aparecer.
III. 13 Así como se ha establecido que la mente tiene diferentes estados, que originan diversos modos de comportamiento, actitudes y posibilidades en el individuo, también se puede decir que los cambios en cuestión pueden suceder en todos los objetos de percepción y en los sentidos. Estos cambios pueden manifestarse a distintos niveles y ser influidos por fuerzas exteriores como el tiempo o nuestra inteligencia.
III. 14 Una sustancia contiene todas sus características y, según la forma particular que adopta, aparecerán las características que correspondan a esta forma. Sin embargo, sea cual sea la forma, sean cuales sean las características visibles, existe una base que las abarca a todas. Ciertas características aparecieron en el pasado, otras aparecen ahora y otras pueden revelarse en el futuro.
III. 15 Al cambiar el orden o secuencia del cambio, las características de un tipo determinado pueden ser modificadas hacia otro tipo distinto.
III. 16 Practicar samyama sobre el proceso de cambio, sobre la forma en que éste sufre la influencia del tiempo o de otros factores, desarrolla el conocimiento del pasado y del futuro.
III. 17 Practicar samyama sobre las interacciones entre lenguaje, ideas y objetos consiste en examinar los rasgos propios de los objetos, los medios de describirlos y las ideas y sus influencias culturales sobre la mente de quienes los describen. Por esta vía se puede hallar el modo de comunicación más preciso y eficaz, sean cuales sean las barreras lingüísticas, culturales o de otro tipo.
III. 18 Practicar samyama sobre las propias tendencias y hábitos conduce a sus orígenes. En consecuencia, se adquiere un conocimiento profundo del propio pasado.
III. 19 Practicar samyama sobre los cambios que sobrevienen en la mente de una persona y sus consecuencias, desarrolla en nosotros la capacidad de observar con agudeza el estado mental de los demás.
III. 20 No, la causa del estado mental de una persona está más allá del campo de observación de otra.
III. 21 Practicar samyama sobre la relación que existe entre los rasgos físicos y lo que la influencia, puede darnos el medio de fusionarnos con nuestro entorno, de manera que nuestra propia forma pasa a ser indiscernible.
III. 22 Los resultados de las acciones pueden ser inmediatos o retardados. Practicar samyama sobre esto puede conferir la capacidad de predecir la sucesión de acciones futuras e incluso la propia muerte.
III. 23 Cualidades como la amistad, la compasión y el contentamiento pueden ser objeto de indagación por medio de la práctica de samyama. Así se puede aprender a reforzar la cualidad que se quiera
III. 24 Practicar samyama sobre la fuerza física del elefante puede darnos su fuerza.
III. 25 Dirigir la mente hacia la mismísima fuerza vital y, por medio de samyama, mantener esta dirección da como resultado el poder de observar finas sutilezas y comprender lo que impide la observación profunda. En ausencia de tales sutiles capacidades nuestra observación está claramente limitada.
III. 26 Practicar samyama sobre el sol da un vasto conocimiento del sistema planetario y de las regiones cósmicas.
III. 27 Practicar samyama sobre la luna da un conocimiento completo de la posición de las estrellas en diferentes momentos.
III. 28 Practicar samyama sobre la estrella polar da el conocimiento de los movimientos relativos de las estrellas.
III. 29 Practicar samyama sobre el ombligo da el conocimiento de los diversos órganos del cuerpo y su disposición.
III. 30 Tomar la garganta como punto de indagación en samyama da la comprensión del hambre y la sed. Esto permite dominar sus manifestaciones extremas.
III. 31 Practicar samyama sobre la región del pecho, la investigación de las sensaciones que allí se sienten en diferentes estados físicos y psíquicos procura los medios para permanecer estable y tranquilo, incluso en situaciones de gran tensión.
III. 32 Practicar samyama sobre la fuente de la inteligencia superior en una persona desarrolla capacidades supranormales.
III. 33 Todo puede ser comprendido. Una comprensión nueva y espontánea aparece a cada paso.
III. 34 Practicar samyama sobre el corazón revelará, sin duda alguna, las cualidades de la mente.
III. 35 La mente que está sujeta a cambio y "Lo que percibe", que no lo está, están próximos pero son, sin embargo, de carácter distinto y diferenciado. Cuando la mente está dirigida hacia el exterior y actúa maquinalmente, dirigiéndose hacia los objetos, hay placer o dolor. Sin embargo, cuando en el momento adecuado una persona inicia una indagación sobre la naturaleza misma del vínculo entre "Lo que percibe" y la percepción, la mente es desconectada de los objetos externos y aparece la comprensión de "Lo que percibe".
III. 36 Comienza entonces la adquisición de aptitudes extraordinarias de percepción.
III. 37 Para una persona que ha de recaer en un estado de distracción, vale la pena poseer este conocimiento extraordinario y las capacidades adquiridas por medio de samyama. Pero para alguien que busca únicamente un estado continuo de Yoga, los resultados del samyama son obstáculos en sí mismos.
III. 38 Por la indagación sobre la causa de esta rígida situación que liga la mente al individuo y por el examen de los medios para relajar esta rigidez, aparece un gran potencial en el individuo para ir más allá de sus límites personales.
III. 39 Por el dominio de las fuerzas que transmiten las sensaciones del cuerpo a la mente, es posible dominar los estímulos externos. Por ejemplo, se puede soportar el contacto del agua a cualquier temperatura o los pinchazos de espinas; se puede caminar sobre superficies inestables e incluso sentirse ligero como un globo.
III. 40 Por el dominio de samâna se pueden experimentar sensaciones de calor excesivo.
III. 41 Practicar samyâma sobre la relación entre el oído y el espacio desarrolla un extraordinario sentido de la audición.
III. 42 Por la práctica de samyama sobre la relación entre el cuerpo y el espacio y por el estudio de las propiedades de los objetos que flotan en el aire, como una flor de algodón, puede conseguirse el conocimiento del desplazamiento en el espacio.
III. 43 Con el estudio de estos fenómenos y con el desarrollo de las condiciones en las que la mente no comete error de percepción aparece una facultad extraordinaria que permite sondear la mente de los demás. También se reducen las nubes que oscurecen la percepción correcta.
III. 44 La práctica de samyama sobre el origen de la materia, bajo todas sus formas, manifestaciones y usos, permite desarrollar el dominio de los elementos.
III. 45 Cuando los elementos son dominados ya no se es perturbado por ellos. El cuerpo alcanza la perfección y ya son posibles capacidades extraordinarias.
III. 46 La perfección del cuerpo se traduce en bellos rasgos, encanto a los ojos de los demás, firmeza y fuerza física inhabituales.
III. 47 El dominio de los sentidos se adquiere por la práctica de samyama sobre la facultad sensorial de observar sus respectivos objetos, sobre la manera en que estos objetos son comprendidos, en que la persona se identifica con el objeto, en que los objetos, los sentidos, la mente y "Lo que percibe" están en relación mutua y sobre lo que resulta de dicha percepción.
III. 48 Entonces la reacción de los sentidos será tan rápida como la de la mente. Éstos percibirán con agudeza y la persona será capaz de influir en las características de los elementos.
III. 49 Cuando se llega a una comprensión clara de la diferencia que existe entre "Lo que percibe" y la mente, se conocen los diversos estados de la mente y lo que nos afecta. Así la mente pasa a ser un instrumento perfecto para la percepción sin defecto de todo lo que debe ser conocido.
III. 50 La libertad, fin último del Yoga, sólo se alcanza si se abandona el deseo de adquirir conocimientos extraordinarios y si se domina totalmente la fuente de los obstáculos.
III.51 La tentación de aceptar la consideración social, consecuencia de los conocimientos adquiridos por samyama debe ser superada. De otro modo, uno se enfrenta a las mismas consecuencias desagradables que proceden de todos los obstáculos que se levantan a lo largo de la vía que conduce al estado de Yoga.
III. 52 Practicar samyama sobre el tiempo y su secuencia hace nacer la claridad absoluta.
III.53 Esta claridad permite diferenciar objetos, incluso cuando la diferencia no es, aparentemente, muy clara. Una semejanza aparente no debería desviarnos de la percepción diferenciada de un objeto elegido.
III. 54 Una claridad tal no excluye ningún objeto, ninguna situación particular, ningún momento. Esta no es resultado de la lógica ordenada. Es inmediata, espontánea y total.
III. 55 La libertad es aquella situación en la que la mente está en identidad total con "Lo que percibe".
KAIVALYAPÂDAH IV
IV. 1 Facultades mentales excepcionales pueden ser adquiridas por medio de: la herencia genética, el empleo de plantas (como está prescrito en los Vedas), la recitación de encantamientos, la práctica rigurosa de austeridades y por ese estado de la mente que permanece en contacto con su objeto, sin distracciones (samâdhi).
IV. 2 El cambio que va de un conjunto de características a otro es esencialmente un ajuste de las cualidades fundamentales de la materia.
IV. 3 Pero tal inteligencia sólo puede retirar los obstáculos que impiden ciertos cambios. Su papel no es mayor que el de un campesino que abre una brecha en un embalse para que el agua pueda fluir hacia el campo, donde es necesaria.
IV. 4 Con facultades mentales excepcionales, una persona puede influir en el estado mental de otros seres.
IV. 5 Esta influencia depende también del estado de quien la recibe.
IV. 6 La influencia sobre otro de aquél cuya mente haya alcanzado el estado de dhyâna, nunca puede aumentar la ansiedad u otros obstáculos. De hecho se reducen.
IV. 7 Y estas personas actúan sin motivación alguna, mientras que otras personas, igualmente dotadas de facultades excepcionales, actúan con algún que otro móvil.
IV. 8 Porque la tendencia de la mente a actuar basándose en los cinco obstáculos, como la comprensión defectuosa, no ha sido eliminada. Estos obstáculos reaparecerán en el futuro y producirán sus desagradables consecuencias.
IV. 9 La memoria y las impresiones latentes están fuertemente unidas. Esta unión persiste incluso cuando, entre dos acciones semejantes, hay un intervalo de tiempo, de espacio o de contexto.
IV. 10 Hay una gran ansia de inmortalidad en todos los hombres de todas las épocas. Por consiguiente, estas impresiones no pueden atribuirse a una época particular.
IV. 11 Estas tendencias son simultáneamente mantenidas y protegidas por las comprensiones defectuosas, por los estímulos externos, por el apego a los frutos de la acción y por la cualidad de la mente que alienta la hiperactividad. Su reducción convierte automáticamente en ineficaces las impresiones indeseables.
IV. 12 La sustancia de lo que ha desaparecido y de lo que puede aparecer existe siempre. Que estas cosas sean o no evidentes depende de la dirección del cambio.
IV. 13 Que se manifiesten o no las características particulares depende de las mutaciones de las tres cualidades.
IV. 14 Las características de una sustancia en un momento dado representan, de hecho, un solo cambio en estas cualidades
IV. 15 Las características de un objeto aparecen de forma diversa, según los estados mentales del observador.
IV. 16 Si el objeto no fuese más que la concepción mental de alguien en particular, ¿existiría dicho objeto en ausencia de dicha percepción?
IV. 17 Que un objeto sea o no percibido depende tanto de su accesibilidad como de la motivación de la persona.
IV. 18 Las actividades mentales son siempre conocidas por "Lo que percibe", que es inmutable y amo de la mente.
IV. 19 Además, la mente es parte de lo que es percibido y no tiene, por sí misma, el poder de percibir.
IV. 20 La premisa según la cual la mente podría jugar dos papeles es insostenible, porque la mente no puede fabricar y ver lo que fabrica a la vez.
IV. 21 En una persona que poseyera tal serie de mentes de existencia momentánea, habría desorden y dificultad para mantener una memoria coherente.
IV. 22 Cuando la mente no está en relación con los objetos externos y no refleja ninguna forma externa a "Lo que percibe", entonces toma la forma del propio "Lo que percibe".
IV. 23 Así pues, la mente sirve para dos propósitos: presentar el mundo exterior a "Lo que percibe" y también reflejar o presentar "Lo que percibe" a sí mismo, para su propia iluminación.
IV. 24 Aunque la mente haya acumulado varias impresiones de diversos tipos, está continuamente a disposición de "Lo que percibe". Esto se debe al hecho de que la mente no puede funcionar sin el poder de "Lo que percibe".
IV. 25 Una persona que posee una claridad extraordinaria está libre del deseo de conocer la naturaleza de "Lo que percibe".
IV. 26 Y su claridad les lleva hacia su único centro de interés: alcanzar un estado de libertad y permanecer en él.
IV. 27 En la hipótesis, poco probable, de que se desviase de este objetivo, las impresiones perturbadoras del pasado amenazan con reaparecer. IV. 28 No hay que transigir ante los errores, por pequeños que sean, porque perjudican tanto como los cinco obstáculos.
IV. 29 nace un estado mental lleno de claridad sobre toda cosa y en todo momento. Es como una lluvia de pura claridad.
IV. 30 Este es verdaderamente, el estado desembarazado de acciones basadas sobre los cinco obstáculos.
IV. 31 Cuando una mente se ha liberado de las nubes que impiden la percepción, todo es conocido, ya no queda nada por conocer.
IV. 32 Las tres cualidades fundamentales dejan de estar sometidas a la secuencia alternante de sufrimiento-placer.
IV. 33 Una secuencia consiste en la sustitución de una característica por otra que le sigue. Está ligada al momento la sustitución de unas características por otras es, igualmente, la base del momento.
IV. 34 Cuando se ha conseguido el objetivo supremo de la vida, las tres cualidades fundamentales ya no incitan nunca más a la mente a reaccionar. Es la libertad. En otras palabras, "Lo que percibe" se presenta sin ninguna coloración de la mente.

http://www.ecovisiones.cl/tradiciones/articulos/YogaPatanjali.htm