domingo, 8 de noviembre de 2009

El Árbol de la Vida

El Árbol de la Vida es uno de los más conocidos símbolos de la Geometría Sagrada. La estructura del Árbol de la Vida está conectada con las sagradas enseñazas de la Cábala Judía, mas puede ser hallado 3,000 años antes en Egipto. Es posible observar la estructura del Árbol de la Vida en muchos sitios alrededor del universo conocido. La estructura está representada en la naturaleza y se relaciona a la Flor De la Vida.
EL Árbol de la Vida y
Semilla de la Vida son productos similares, simplemente son el centro de los círculos de la Flor De la Vida y de la Semilla de la Vida
El Árbol de la Vida de la Cábala es una representación de las 32 rutas comprendidas en las 10 sefirot y las veintidós rutas por las cuales pasan. El Árbol de la Vida describe el descenso de lo divino al mundo manifiesto, y los métodos por los cuales la unión divina puede ser lograda en esta vida. Puede ser visto como un mapa del psique humano y de la labor de la creación, tanto lo manifiestos como los ocultos. Es importante darse cuenta que la pura naturaleza de la divinidad es unidad, y que los aspectos o emanaciones supuestamente separados existen tan solo en vista de lo emanado, viviendo en un estado de ilusoria separación.
El árbol de la vida es uno de los símbolos
cabalísticos más importantes del judaísmo. Está compuesto por 10 esferas (sefirot) y 22 senderos, cada uno de los cuales representa un estado (sefirá) que acerca a la comprensión de Dios y a la manera en que él creó el mundo. La Cábala desarrolló este concepto como un modelo realista que representa un «mapa» de la Creación. Se le considera la cosmología de la Cábala.
Algunos creen que este «Árbol de la Vida» de la Cábala corresponde al
Árbol de la Vida mencionado en la Biblia (Génesis 2, 9).
Este concepto místico más tarde fue adoptado por algunos
cristianos, hermetistas, y aún paganos.

Orígenes
El Árbol de la Vida se representa en el conocido Árbol Sefirótico. El mismo se compone de diez emanaciones espirituales por parte de Dios, a través de las cuales dio origen a todo lo existente. Estas diez emanaciones, para formar el Árbol de la Vida, se intercomunican con las 22 letras del
alfabeto hebreo.
Es posible apreciar el detalle del desarrollo de este árbol, en libros como Sefer Haietzira. Se trata de un compendio muy profundo, que requiere instrucción adecuada, y una guía erudita.

Sefirot
Según la
Cábala, las Sefirot plural de sefira (‘senderos’ en idioma hebreo) son las diez emanaciones de Dios a través de las cuales se creó el mundo. Yahveh contrajo su luz infinita en lo que se llama en hebreo tsimtsum y creó cada una de estas sefirá.
El diagrama de las sefirot es el árbol de la vida, un sistema de relaciones intersimbólicas místicas que, para el ser humano, tienen la función de abrir el acceso a las capacidades escondidas de la psique. En definitiva, es un sistema de teosofía práctica. Estos círculos son las diez sefirot sagradas y las líneas que los conectan entre sí representan los senderos, cuyo número es el de 22.
Cada sefirá es una fase de la evolución. En el lenguaje de los
rabíes se los denomina las «diez emanaciones sagradas». Los senderos que se encuentran entre ellos son fases de la conciencia subjetiva, las sendas o gradas (del latín gradus ‘escalón’) por las que pasa el alma en su realización del Cosmos. Las sefirot son objetivas; los senderos son subjetivos.
Los círculos que representan a las sefirot están arreglados en tres columnas verticales, y que a la cabeza de la del centro, que es la más alta de las otras, formando el vértice superior del triángulo de las sefirot, está la sefirá Kéter (‘la corona’, que es la primera sefirá).
En esta enumeración faltaría la Shejiná, el pueblo de Yavé (Israel), que es la que une a Yavé y al mundo de los humanos. En un principio la Shejiná formaba parte de Yavé pero el pecado la alejó de éste y ahora Yavé aparece y desaparece como la Luna. Quizá la Shejiná sea la última sefirá (el Reino) con el nombre cambiado.

Las 10 sefirot
Una sefirá (pl. "Sefirot ") es un canal de energía Divina o fuerza de vida. Se describen en la literatura cabalística un total de 11 sefirot, pero siendo que dos de ellas (keter y daat), representan diferentes dimensiones de una misma fuerza, la tradición habla generalmente de sólo 10.
Las sefirot representan secuencialmente las distintas etapas del proceso creativo, por medio del cual Di-s generó desde el mismo núcleo de Su ser infinito la progresión de reinos, los cuales culminan en nuestro universo físico finito. Como grupo coexistente, las sefirot constituyen los componentes interactivos de una única estructura metafísica o espiritual, cuya expresión "génetica" puede ser reconocida en todos los niveles, y dentro de todos los aspectos de la Creación.
Subyacente al aspecto puramente estructural-funcional de la sefirá, hay una fuerza motivacional oculta, que es mejor entendida a través de su comparación con algunos estados psico-espirituales del alma humana. La forma en que el jasidismo expone las sefirot, consiste básicamente en la articulación de estos estados, y la exploración del rol que ellos juegan en el servicio del hombre a Di-s en este mundo.
La configuración de las sefirot es descripta gráficamente en los textos cabalísticos con un esquema de tres ejes paralelos (kavim) en sentido vertical, representando cada uno de ellos, un modo de influencia Divina dentro de la Creación. La literatura se refiere en forma diversa a esta configuración: como sulam (escalera), etz (arbol), o tzelem Elokim (suprema "imagen de Di-s"). De acuerdo a esta última designación, la configuración de las sefirot sugiere la del cuerpo humano, ya que como está escrito en la Biblia, el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Di-s. De esta manera, cada sefirá es asociada con un miembro o un órgano particular, coincidente con su posición en la estructura anatómica de las sefirot.
La interacción entre las distintas sefirot, es representada a través de una red de tzinorot (canales) interconectados, que ilustra el flujo de energía Divina que permea la Creación. Estas conecciones sugieren varios subgrupos, cada uno reflejando una dinámica común entre las sefirot que incluyen. Una división inicial de las sefirot, identifica a jojmá, biná y daat (o alternativamente keter), como pertenecientes a un subgrupo cuya dinámica es cognitiva; jesed, guevurá y tiferet, a un segundo grupo cuya dinámica es puramente emotiva; y netzaj, hod, y iesod a un tercero cuya dinámica es instintiva y pragmática. Maljut puede ser visto tanto como un apéndice de este último subgrupo, o como una entidad independiente, recibiendo su energía de aquellos que lo preceden.
Otra forma de dividir las sefirot es en partzufim ("perfiles o rostros"). Un partzuf es una figura metafórica de similitud humana, usada para representar la elaboración de una sefirá individual o grupo de sefirot, dentro de una configuración independiente, incluyendo dentro de si misma a las diez sefirot. De acuerdo con la cabalá, las sefirot keter, jojmá, biná y maljut, poseen cada una dos partzufim interrelacionados; mientras que las seis sefirot desde jesed hasta iesod, forman su propio e independiente par de partzufim.

1 - Kether (Corona) o Kether Elyon (Corona Suprema) , la sefirá de la iluminación
2 - Chokmah (Sabiduría)
3 - Binah (Entendimiento o Inteligencia)
4 - Chesed (Misericordia y Gracia) or Gedullah (Grandeza) , la sefirá de la compasión
5 - Geburah (Severidad o Poder), Din (Juicio) or Pahad (Temor) , la sefirá de la rectitud
6 - Tifereth (Belleza) o Rahamim (Misericordia) , la sefirá de la belleza
7 - Netsach (Victoria o Constancia) la sefirá de la fuerza
8 - Hod (Glory or Majesty) , la sefirá del esplendor
9 - Yesod (Foundación) o Tsedek (Justicia) la sefirá del raciocinio
10 - Malkuth (reino) or Shekhinah (Inmanencia Divina). la sefirá del poder

Kéter (la corona)
El primer sendero es llamado la inteligencia admirable u oculta porque es la luz que da el poder de comprensión del primer principio, que no tiene comienzo. Y es la gloria primaria, porque ningún ser creado puede alcanzar su esencia. lll
Imagen mágica: un anciano rey barbudo, de perfil.
Nombre de Yavé:
Eheyé.
Arcángel:
Metatrón.
Orden de ángeles:
Jayot ha-Qadesh (santas criaturas vivientes).
Chakra mundano: primum móbile (los primeros remolinos),
nebulosa espiral en el cielo nocturno.
Virtud: consecución. culminación de la gran obra.
Títulos: existencia de las existencias, oculto de los ocultos, anciano de los ancianos, anciano de los días, el punto liso, el punto primordial, el más alto, el rostro vasto, la cabeza blanca, la cabeza que no es, macroposopos.
Experiencia espiritual: unión con el dios Yavé.
Color atsilútico: (mundo arquetípico): brillantez.
Color briático: (mundo creativo): pura brillantez blanca.
Color yetsirático: (mundo formativo): pura brillantez blanca.
Color asiático: (mundo material): blanco, moteado de oro.
Símbolo: El punto, el punto dentro de un círculo, la corona, la
esvástica.

Keter, la primera de las diez sefirot, corresponde al reino de la superconsciencia de la experiencia, y esto se corresponde con la imagen de una "corona", lo que sugiere un aura rodeando la propia conciencia.
En la configuración de las sefirot, keter aparece en el ápice del eje central.
El Zohar establece: "la corona suprema (keter elión) es la corona del reino (keter maljut)". La primera, la más elevada de las emanaciones Divinas (keter), es entonces conectada con la última (maljut).
La palabra keter = 620. Este número, es el total de los mandamientos que Di-s ordenó al pueblo de Israel, las 613 mitzvot de la Torá escrita, junto con las 7 mitzvot de la Torá oral. El texto de la Torá donde se relatan los Diez Mandamientos, está compuesto por 620 letras, por lo que cada una de las 620 mitzvot están incluidas en los Diez Mandamientos. En Cabala, el secreto de los 620 mandamientos es que de keter (=620) son proyectados "620 pilares de luz" que sirven para conectar el "techo" de keter con el "piso" maljut. Estos pilares de luz acompañan las almas de Israel que cumplen devotamente la voluntad (keter) del Rey de Reyes, el Santo Bendito Sea (malchut).
La sefirá de keter se desarrolla dentro de dos partzufim ("perfiles"). Su partzuf externo, llamado Arij Anpín ("el Rostro extendido"), corresponde al poder supraconciente de ratzón ("deseo o voluntad") en el alma. El partzuf interno, conocido como Atik Iomín ("el Anciano de Días"), corresponde al poder correspondiente de taanug ("placer") en el alma.
Las siete sefirot inferiores de Atik Iomín se "incluyen" dentro del partzuf de Arij Anpín, (presentando de este modo al placer como una fuerza motivadora primaria conduciendo la voluntad). Las tres sefirot superiores de Atik Yomin, la cuales no se "incluyen" en Arij Anpín, representan el inalterado placer supraconciente de emuná ("fe"), derivado de la experiencia del arraigo esencial de uno, dentro de la Divinidad.
Por otra parte, la cabalá habla de los tres Reshin ("cabezas") de keter, referido en el Zohar (Deuteronomio 288a ) y el Arizal como: Reisha d'Arij ("la cabeza extendida"), correspondiente a la fuerza de ratzón, Reisha d'Ain ("la cabeza de la nulidad"), correspondiente a la fuerza de taanug; y Reisha d'lo Itiadá ("la cabeza incognosible"), correspondiente a la fuerza de emuná.
Estas tres "cabezas" corresponden a los tres significados de la palabra keter en hebreo. Sumado al significado de "corona", la raíz hebrea de la palabra keter significa también "esperar" y "rodear".
El significado "esperar" corresponde a "la cabeza incognosible" de keter, por la que esperamos con fé completa, ese nivel de Divinidad esencial de Di-s completamente oculto y encubierto a nuestra conciencia de este mundo, que va a ser revelado en la conciencia del mundo por venir.
El significado "corona", corresponde en particular a "la cabeza de nulidad", la fuente de placer Divino en el alma. La "corona" simboliza el poder espirtual de recibir e integrar en la propia conciencia el placer de la revelación Divina, como nuestros sabios expresan con respecto al mundo por venir : "los justos se sientan con sus coronas en sus cabezas y reciben placer de la radiación de la Presencia Divina" (Tratado Kalá Rabatí 2:3 ).
El significado "rodear" corresponde a la "cabeza extendida" el nivel de deseo ó voluntad suprema. El poder de voluntad "rodea" o envuelve todos los poderes concientes del alma (correspondientes a las emanaciones Divinas de jojmá a maljut). Los fuerza a manifestarse de acuerdo con sus directivas.
El poder de voluntad, o sea "la cabeza extendida" de keter, refleja la omnipotencia de Di-s. Por su parte el estado Divino de placer, "la cabeza de nulidad" de keter, refleja la omnipresencia de Di-s, ("la radiación de la Presencia Divina"). Fe perfecta, "la cabeza incognosible" de keter, refleja la verdad absoluta de que "Di-s es todo, y todo es Di-s".

Jojmá
El segundo sendero es llamado la inteligencia iluminadora. Es la corona de la creación, el esplendor de la unidad, igualándola. Es exaltada por encima de toda cabeza, y los cabalistas la llaman «la segunda gloria».
Imagen mágica: una figura masculina barbuda.
Nombre de Yahveh:
Yahveh, o Ja.
Arcángel:
Razi El.
Orden de ángeles:
Aufanim.
Chakra mundano: el
Zodíaco.
Virtud: la devoción.
Títulos: poder de Yetsirah, Ab, Abba, el padre supremo,
tetragrámaton, yod del tetragrámaton.
Experiencia espiritual: la visión de Dios cara a cara.
Color atsilútico: azul suave puro.
Color briático: gris.
Color yetsirático: gris perla iridiscente.
Color asiático: blanco moteado de rojo, azul y amarillo.
Vicio: (ninguno).
Símbolo: el falo, yod, la túnica interior de gloria, la piedra de pie, la torre, la vara de poder elevada, la línea recta.

Jojmá, la segunda de las diez sefirot, es el primer poder conciente del intelecto en la Creación.
Jojmá aparece en la configuración de las sefirot en el tope del eje derecho, y corresponde en el tzelem Elokim al hemisferio derecho del cerebro.
En su forma completamente articulada, jojmá posee dos partzufim: el de nivel superior es conocido como Aba Ilaá ("el padre superior"), mientras que el de nivel inferior como Israel Saba ("Israel, el Abuelo"). Estos dos partzufim juntos son conocidos como Aba ("el Padre").
Jojmá es asociado en el alma con el poder del conocimiento intuitivo, una idea, resplandeciendo a través de la conciencia como destellos. El partzuf de Aba Ilaá es asociado con el poder de extraer espontáneamente esa idea desde el reino de la supraconciencia, mientras que el partzuf de Israel Saba es asociado con el poder de dirigir esa idea hacia la conciencia.
La "sabiduría" de Jojmá también implica la habilidad de observar profundamente en algún aspecto de la realidad y extraer su esencia conceptual, hasta que uno logra descubrir su verdad axiomática subyacente. Estas semillas de verdad pueden luego ser transportadas al poder que acompaña a jojmá, llamado biná, procurando un análisis intelectual y su desarrollo.
Jojmá es la fuerza primaria ("principio") en el proceso creativo, como está dicho: "Tu has hecho todo con sabiduría". La primera palabra de la Torá, Bereshit, "En el principio" ("Di-s creó los cielos y la tierra")," es traducida como "Con jojmá" ("Di-s creó...").
Jojmá tiene valor numérico (guematria normal) = 73 (el 22o número primo). En numeración ordinal, jojmá = 37 (el punto medio de 73; el número primo 13o). En numeración pequeña, jojmá = 19 (el punto medio de 37; el número primo 9o ; 9 más 13 = 22). El número pequeño final de jojmá es 1.
El valor numérico completo del primer versículo de la Creación: "En el comienzo Di-s creó los cielos y la tierra" = 2701 = la suma de todos los número desde 1 hasta 73 (es decir el "triángulo de 73) = 37 veces 73. La última parte del versículo, "y la tierra" = 703 = la suma de todos los números desde 1 hasta 37 = 19 veces 37.
La palabra jojmá es citada en el Zohar (Números 220b) como coaj ma, "el poder de autoanulación," o alternativamente como jeij ma, "el paladar de autoanulación". Este poder implica no sólo el poder de autoanulación en si mismo, sino el gran poder creativo que la autoanulación encierra. "El paladar de autoanulación", es la habilidad del alma de "paladear" Divinidad en virtud del propio estado de autoanulación, como está dicho (Salmos 34:9): "Probad y ved que Di-s es bueno". En general, el sentido de la visión se conecta con jojmá (los destellos resplandecientes citados más arriba). De este versículo aprendemos que hay un sentido interno, espiritual de paladear que es inherente a jojmá, que precede y despierta el sentido de la visión.
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de jojmá es el de bitul (autoanulación).

Biná (el entendimiento)
El tercer sendero es llamado la inteligencia santificante, el fundamento de la sabiduría primordial; es llamado también el creador de la fe, y sus raíces están en el amén. Es el autor de la fe, de donde emana la fe.
Imagen mágica: una mujer madura.
Nombre de Yavé: Jehová Elohim.
Arcángel: Zafqi El.
Orden de ángeles: Aralim, tronos.
Chakra mundano: Saturno.
Virtud: silencio.
Títulos: Ama (la madre estéril oscura), Aima (la madre fértil brillante), Jorsia (el trono), Mará (el gran mar). sabiduría)
Experiencia espiritual: visión del pesar.
Color atsilútico: carmesí.
Color briático: negro.
Color yetsirático: marrón oscuro.
Color asiático: gris, moteado de rosa.
Vicio: avaricia.
Símbolo: la vulva y la vagina, el kteis, la
vesica piscis, la copa o cáliz, la túnica exterior de ocultamiento.

Biná es la tercera de las diez sefirot, y el segundo poder conciente del intelecto en la Creación.
Biná aparece en la configuración de las sefirot al tope del eje izquierdo, y corresponde en el tzelem Elokim, al hemisferio cerebral izquierdo.
En su forma completamente articulada, biná posee dos partzufim: el superior, se conoce como Ima Ilaá ("la madre superior"), mientras que el inferior es llamado Tevuná ("comprehensión"). Estos dos partzufim en conjunto son llamados Ima ("la madre").
Biná es asociado en el alma con el poder de análisis conceptual y razonamiento; por un lado inductivo, y por el otro deductivo. El partzuf de Ima Ilaá es asociado en particular con el poder de captar y comprehender las ideas de jojmá, mientras que Tevuná representa el poder de asimilar completamente en la propia conciencia, las ideas resultantes.
La "comprensión" de biná, implica también la habilidad de examinar el grado de verdad o falsedad inherente en una idea en particular. Job expresa esto como (12:11 y 34:3): "el oído examina las palabras". El oído, el sentido de la audición, es asociado con biná. "Oye, O Israel..." (Deuteronomio 6:4), significa "Comprende...." Las letras iniciales de la frase: "el oído examina las palabras" forman la palabra emet, "verdad".
Otra característica que se identifica con la propiedad de biná es la habilidad de explicar y elucidar conceptos tanto a uno mismo como a los demás. Por esta razón es simbolizada en cabalá como "el río extenso".
La palabra biná deriva de la raiz gramatical ben, que significa "entre". El poder de biná es distinguir y diferenciar entre ideas. Biná misma es el segundo "cerebro" entre jojmá y daat.
La unión de jojmá y biná ("la unión superior" en cabalá), el "padre" y la "madre" (los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro) es continua, y en el Zohar se encuentra insinuada al expresar: "dos compañeros que nunca se separan". Esta unión es necesaria para la recreación continua del mundo (comenzando con el nacimiento de los siete atributos del corazón, correspondientes a los siete días de la Creación, desde el vientre de la "madre", biná).
La unión de jojma (73) y biná (67) = 140. 140 es la suma del cuadrado de los números de1 1 al 7. Esto refleja el origen de los siete atributos del corazón (los días de la creación), los 7 "hijos", en su máximo estado de prefección (el cuadrado de un número, representa un estado prefecto del ser) en la mente de "padre" y "madre".
El estado espiritual identificado en el jasidismo, como correspondiente a la sefirá de biná es el de simjá (alegría).

Dáat (el conocimiento)
Imagen mágica: una cabeza con dos caras, mirando a ambos lados.
Nombre de Yavé: una conjunción de Jehovah y Jehovah Elohim.
Arcángel:
Eleksarpé, Komananu, Tabitom.
Orden de ángeles: serpientes.
Chakra mundano:
Sirio o Sothis, en la constelación del Can.
Virtudes: desapego, perfección de la justicia, y la aplicación de las virtudes no corrompida por consideraciones de la personalidad, confianza en el futuro.
Títulos: la
sefirá invisible, la sefirá mística, la mente cósmica escondida o no revelada, la habitación superior.
Experiencia espiritual: visión a través del abismo.
Color atsilútico: lila.
Color briático: gris plateado.
Color yetsirático: violeta puro.
Color asiático: gris, moteado de oro.
Vicios: duda del futuro, apatía, inercia, cobardía (miedo del futuro), orgullo (conducente al aislamiento y a la desintegración).
Símbolo: la celda del condenado, el prisma, el cuarto vacío, la montaña sagrada de cualquier raza, un grano de cereal, la ausencia completa de símbolo.

Daat es el tercer y último poder conciente del intelecto dentro de la Creación.
Generalmente, daat es contada dentro de las sefirot sólo cuando no está keter. Esto se debe al hecho de que daat representa la reflección de (la dimensión interior de) keter mismo dentro del reino de la conciencia (como fue explicado anteriormente). De aquí que daat aparece en la configuración de las sefirot en el eje central, directamente debajo de keter, y corresponde en el tzelem Elokim al cerebelo (parte posterior del cerebro).
Daat es asociada en el alma con los poderes de la memoria y la concentración, poderes que se basan en el propio "reconocimiento" (hakará), y "sensitividad" (hergesh) de la significación potencial de aquellas ideas generadas en la conciencia a través de los poderes de jojmá y biná. La sensitividad en si misma, deriva de la conección con el origen supraconciente del alma.
En general daat opera en dos niveles: El nivel superior conocido como daat elión ("conocimiento supremo") o daat haneelam ("el conocimiento oculto"), que sirve para asegurar la continuidad del nexo entre los dos poderes superiores del intelecto -jojmá y biná; y el nivel inferior referido como daat tajtón ("conocimiento inferior") o daat hamitpashet ("conocimiento que se extiende"), que sirve para conectar el intelecto como un todo con el reino de la emoción, lo que acrecienta la propia determinación, resolviendo actuar en concordancia con las verdades esenciales que uno a incorporado en la conciencia
Está dicho de este nivel de daat (Proverbios 24:4): "los cuartos están llenos con daat". "Los cuartos" son las cámaras del corazón, las emociones del alma (como está insinuado en la palabra jeder, "cuarto" que es un acrónimo de jesed din rajamim, las tres emociones primarias del alma). La conciencia interior de daat llena estos cuartos y les da vida, como el alma al cuerpo.
En el Zohar, este nivel de daat es conocido como "la llave que incluye seis". La "llave" de daat abre las seis cámaras (atributos) del corazón y los llena de fuerza vital. Cada una de las seis cámaras, cuando se llenan con daat, nos insinúan una deá ("actitud", de la raíz de daat) particular del alma.
Daat = 474, Deá = 79; 474 = 6 veces 79 -daat que incluye (y genera) 6 deot.
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de daat es el de ijud ("unificación").

Jesed (la misericordia) “BONDAD, CARIÑO"
El cuarto sendero es llamado la inteligencia cohesiva o receptiva porque contiene todos los santos poderes, y de ella emanan todas las virtudes espirituales con las más exaltadas esencias. Ellas emanan una de la otra por virtud de la emanación primordial, la corona más elevada, Kéter.
Imagen mágica: un rey poderoso, coronado y entronizado.
Nombre de Yavé:
El (dios ugarítico).
Arcángel:
Zadqi El.
Orden de ángeles:
jasmalim (brillantes).
Chakra mundano: Júpiter.
Virtud: obediencia.
Títulos: gedulá (amor, majestad, magnificencia).
Experiencia espiritual: visión del amor.
Color atsilútico: violeta profundo.
Color briático: azul.
Color yetsirático: púrpura profundo.
Color asiático: azul profundo, moteado de amarillo.
Vicio: intolerancia, hipocresía, glotonería, tiranía.
Símbolo: la figura sólida, el tetraedro, el orbe, la vara, el cetro, el cayado

Jesed es la cuarta de la diez sefirot, y el primero de los atributos emotivos inherentes a la Creación.
Aparece en la configuración de las sefirot en el eje derecho, directamente debajo de jojmá, y corresponde en el tzelem Elokim al "brazo derecho".
Jesed es asociado en el alma con el deseo de abarcar la Creación toda, y agraciarla con su bondad. Como la fuerza expansiva que impele al alma a conectarse con la realidad exterior, jesed inspira y por ende implícitamente acompaña a las otras expresiones de fuerza emotiva, que le suceden en el alma.
Jesed es el primer "día" de la Creación. En él fue creada la hermosa luz de bondad y cariño por todo. El primer día es llamado en la Torá "el día uno" (iom ejad, Génesis 1:5). La conciencia Divina de este dia es que todo en la Creación es uno, como abarcado por el amor, por la Unicidad del Creador, (ejad, "uno" = 13 = ahavá, "amor").
Está dicho acerca de este día: "Día(s) en que Di-s ordenó Su bondad" (salmos 42:9). La singular forma en que está escrito "día(s), iomam, implica, de acuerdo con las palabras del Zohar: "el día que acompaña todos los días". De aquí aprendemos que el primer día, el día de bondad, "acompaña" e irradia su luz a todos los demás días de la Creación.
Jesed = 72 = 2 veces 6², y 6² representa el estado perfecto de las seis emociones del corazón, que se corresponden con los seis días de la Creación. 2 veces 6² representa la armonía y el amor perfecto dentro de la Creación, "como el rostro se refleja en el agua (el símbolo físico básico de jesed), así también el corazón del hombre hacia el hombre" (Proverbios 27:19).
El Zohar habla de 72 "puentes " de amor (equivalentes a los 72 Nombre ocultos de Di-s) que conectan en forma conjunta y en perfecta armonía, la realidad existente.
En jasidismo, se identifica el estado espritual correspondiente a la sefirá de jesed con ahavá (amor).

Gevurá (la severidad) "PODER"
El quinto sendero es la inteligencia radical porque se asemeja a la unidad, uniéndose con biná (el entendimiento), que emana de las profundidades primordiales de jojmá (la sabiduría).
Imagen mágica: un poderoso guerrero en su carroza.
Nombre de Yavé:
Elohim Gibor.
Arcángel:
Kama El.
Orden de ángeles:
Serafín (serpientes de fuego).
Chakra mundano: Marte.
Virtud: energía, coraje.
Títulos: pajad (temor) y din (justicia).
Experiencia espiritual: visión del poder.
Color atsilútico: naranja.
Color briático: rojo escarlata.
Color yetsirático: escarlata brillante.
Color asiático: rojo moteado de negro.
Vicio: crueldad, destrucción.
Símbolo: el pentágono, la rosa de cinco pétalos, la espada, la lanza, el látigo, la cadena.

Guevurá es la quinta de las diez sefirot, y el segundo de los atributos emotivos en la Creación.
Guevurá aparece en la configuración de las diez sefirot en el eje izquierdo, directamente debajo de biná, y corresponde en el tzelem Elokim al "brazo izquierdo".
Guevurá es asociada en el alma con el poder de restringir las propias necesidades innatas de brindar benevolencia a los demás, cuando el receptor de tal bien es juzgado indigno de él, y propenso a darle un uso no correcto. Como fuerza que mide y evalúa la importancia y el valor de la Creación, guevurá es conocida en cabalá como midat hadín ("el atributo del juicio"). Es el poder de restringir que posee guevurá, lo que le permite a uno vencer a sus enemigos, tanto externos como internos (visto este último como su propia inclinación al mal).
Jesed y guevurá actúan conjuntamente para crear un balance interno, en la aproximación del alma al mundo exterior. Mientras que el "brazo derecho" de jesed se ocupa de acercar a los otros, el "brazo izquierdo" de guevurá, se reserva la opción de repeler aquello que es considerado injusto. (También, aquellos con los que en un principio hay una relación de "el brazo izquierdo que aleja", uno debe aplicar a continuación el principio complementario de "el brazo derecho que acerca").
Finalmente, el poder de guevurá, se convierte en el poder y energía que implementa el propio deseo innato de jesed. Únicamente con el poder de guevurá, es capaz jesed de penetrar la tosca y basta superficie de la realidad.
Guevurá = 216 = 63. Las tablas del testimonio que Moisés recibió en el monte Sinaí, medían 6 x 6 x 6 palmos. La Torá fue dada a Moisés y al pueblo de Israel desde "la Boca de la Guevurá". Es muy significativo que no es usado por nuestros sabios el nombre de ninguna otra sefirá para referirse a Di-s en Si Mismo, salvo el de guevurá (En la Biblia, Di-s es referido como "netzaj [eternidad] de Israel" (Samuel 1 15:29), pero no netzaj en forma aislada). Aquí, guevurá implica el poder esencial de Di-s, de contraer y concentrar Su luz infinita, y materializarla en las letras finitas de la Torá (especialmente aquellas talladas en las tablas del testimonio, los Diez Mandamientos).
216 (guevurá) = 3 veces 72 (jesed). Cada uno de los 72 Nombres ocultos de Di-s posee tres letras, siendo en total 216, cuyo significado es inherente a las palabras y los nombres. El "significado" final de cada Nombre de Di-s, es Su expresión de amor (jesed) por Su Creación, y cada uno expresa Su amor de una manera especial. Los componentes de cada palabra y cada nombre, los "ladrillos" de la Creación, son las letras que se combinan para formar palabras. Las letras son "tajadas" de la "materia prima" de la "pro-creación" (el secreto de reshimu, la "impresión" de la luz infinita de Di-s que quedo después del acto inicial de tzimtzum, "la contracción inicial") reflejan la guevurá de Di-s.
Las dos manos que trabajan juntas para formar la realidad, jesed (72) más guevurá (216) = 288 = 2 veces el cuadrado de 12. También 288 es el número de nitzotzot, "chispas" (que cayeron desde el cataclismo primordial de "la ruptura de los recipientes"), las cuales permean toda la realidad creada. A través del "esfuerzo dual" de jesed y guevurá, no sólo para formar la realidad, sino para rectificarla, (con los dos conceptos de "el brazo izquierdo que rechaza mientras el derecho acerca), esas chispas caídas son redimidas y elevadas, para volver a unirse con su verdadera fuente original. En sentido general, este es el secreto de la venida del Mashiaj, y la resurrección de los difuntos.
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de guevurá es el de irá (temor).

Tiferet (la belleza)
El sexto sendero es la inteligencia mediadora, porque en ella están multiplicados los influjos de las emanaciones; pues hace que esa influencia fluya a todos los reservorios de las bendiciones con las que ellas mismas están unidas.
Imagen mágica: un rey, un niño, un dios sacrificado.
Nombre de Yavé:
Jehová Aloá va Dáat.
Arcángel:
Rafael.
Orden de ángeles:
melekim (reyes).
Chakra mundano: el Sol.
Virtud: devoción a la gran obra.
Títulos: Zoar Anpin, El Rostro Menor, Melej, el Rey.
Experiencia espiritual: Visión de la Armonía de las Cosas. Los Misterios de la Crucifixión.
Color atsilútico:
Color briático: amarillo.
Color yetsirático: salmón-rosa rico.
Color asiático: ámbar dorado.
Vicio: orgullo.
Símbolo: el lamen, la rosa cruz, la cruz del calvario, la pirámide truncada, el cubo.

Tiferet es la sexta de las diez sefirot, y el tercero de los atributos emotivos dentro de la Creación.
Tiferet aparece en la configuración de las sefirot en el eje central, directamente debajo de daat (o de keter,cuando se excluye daat), y corresponde en el Tzelem Elokim a la parte superior del torso (en particular, el corazón).
Tiferet es asociada en el alma con el poder de redimir o reconciliar las inclinaciones conflictivas de jesed y guevurá, como así también permitir brindar compasión, por lo que se la identifica en cabalá como midat harajamim ("el atributo de misericordia"). La belleza de tiferet, se manifiesta a través de la mezcla elegante de los gestos emotivos implícitos en su expresión.
La raíz de tiferet, puede connotar tambíen el acto de enorgullecerse y como tal representa el orgullo que tiene Di-s, como si fuera, por su pueblo Israel. Cuando servimos y alabamos a Di-s desde una conciencia de tiferet, lo hacemos con la intención de renovar ese orgullo.
Tiferet = 1081, la suma de todos los números desde 1 a 46 (triángulo de 46). 46 = Levi, el tercero de los hijos de Iacob, correspondiente al tercero de los atributos del corazón, tiferet. La tribu de Leví, (la "elegida" de las tribus de Israel, como Iacob mismo, el tercero de los patriarcas -tiferet- es el "elegido" de los patriarcas) se divide en dos, los Cohanim (sacerdotes) y los Leviim (levitas). De momento que tiferet, que se encuentra en la línea media, conecta y balancea las dos líneas a izquierda y derecha, debe poseer en si misma dos "lados". El lado derecho de tiferet (su inclinación o tendencia hacia jesed) es personificado por los Cohanim, mientras que el lado derecho, (hacia guevurá) es personificado por los Leviim.
La unión de las tres emociones primarias del corazón, jesed (72) guevurá (216) y tiferet (1081) = 1369 = 37². Este es el número de letras en el capítulo de la Torá que precede a los Diez Mandamientos, donde se describe la preparación del pueblo de Israel para recibir la Torá. La Torá en si misma corresponde a la sefirá de tiferet. Ella fue dada a Israel con las dos manos de Di-s, jesed y guevurá. Este es el valor numérico de la conclusión del segundo versículo de la Torá, (Génesis 1:2): "y el espíritu de Di-s se cernía sobre la superficie de las aguas" (=1369). "Las aguas" simbolizan la Torá. El espíritu de Di-s que se cernía sobre la superficie de las aguas simboliza a la porción de la Torá que precede a la entrega de la Torá.
37 = hevel ("vapor"; Abel, el hijo de Adán y Eva). Nuestros sabios nos enseñan que: "La Torá de este mundo es hevel en comparación con la Torá del mundo por venir".
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de tiferet es el de rajamim (misericordia).

Netsaj (la victoria)
El séptimo sendero es llamado la inteligencia oculta porque es el esplendor refulgente de las virtudes intelectuales que son percibidas por los ojos del intelecto y las contemplaciones de la fe.
Imagen mágica: Una bella mujer desnuda.
Nombre de Yavé:
Jehová Tsabaot.
Arcángel:
Hani El.
Orden de ángeles:
Elohim (los dioses).
Chakra mundano: Venus.
Virtud: generosidad.
Títulos: firmeza, valor.
Experiencia espiritual: visión de la belleza triunfante.
Color atsilútico: ámbar.
Color briático: esmeralda.
Color yetsirático: verde amarillo brillante.
Color asiático: oliva, moteado de oro.
Vicio: impudicia, lujuria.
Símbolo: lámpara y cinto, rosa.

Netzaj es la séptima de las diez sefirot, y el cuarto de los atributos emotivos dentro de la Creación.
Aparece en la configuración de las sefirot en el eje derecho, directamente debajo de jesed, y corresponde en el Tzelem Elokim a la pierna derecha.
Netzaj es asociada en el alma, con el poder de vencer aquellos obstáculos que se encuentran en el camino de la realización de las propias aspiraciones de jesed, otorgar bondad a la Creación. De momento que la palabra netzaj denota tanto "victoria" como "eternidad", se puede decir que la victoria definitiva de netzaj, es sobre la muerte misma, el impedimento final de la concreción de jesed.
Antes de matar a Agag el rey del pueblo de Amalek, el profeta Samuel dijo: "y además Netzaj de Israel [Di-s], no va a engañar ni va a apiadarse, porque El no es un hombre para apiadarse" (Samuel 1 15:29). "Apiadarse" significa cambiar de opinión. La sefirá de netzaj se mantiene firme por siempre y nunca se apiada. Netzaj no es un mortal ("no es un hombre") que teme a la muerte y es por lo tanto susceptible de "apiadarse" frente a la muerte.
Esto, el poder de mesirut-nefesh, estar dispuesto a sacrificar la propia vida por Di-s y la Torá, está latente en cada alma judía, y encuentra su definitiva expresión en la sefirá de netzaj.
Netzaj también puede significar "conducir" u "orquestar" (como la palabra con la que empiezan muchos de los salmos de David, lamnatzeaj). De aquí que su conciencia es pragmática por naturaleza, como está reflejado en su correspondencia con la pierna derecha, la cual es el primer miembro del cuerpo supremo que "toca el suelo".
En la "unión inferior" de tiferet (el novio Divino) y maljut ( la Divina novia), la unión de la emoción (el corazón) y la expresión (la boca), "El [el novio] está en [entra en un estado de conciencia de] netzaj, y ella [la desposada] está en [entra en un estado de conciencia de] hod".
La experiencia del novio, en la unión con su novia, es en calidad de netzaj, con un sentido de vida eterna y atemporalidad, dentro de los parámetros limitados del tiempo mismo.
El valor de netzaj, 148, refleja la manera mediante la cual recibe e implementa el deseo emotivo de jesed. En cabalá, una palabra o concepto refleja su significado y presencia, hacia el nivel que está debajo de él, a través de significados que se obtienen "desarrollando" su escritura. Podemos ejemplificar esto observando la palabra jesed. Está compuesta por tres letras: jet (8), samej (60) y dalet (4). Si se "desarrola" su deletreo: jet (8); jet samej (68); jet samej dalet (72) = 148 = netzaj.
El estado espiritual identificado en jasidismo como correspondiente a la sefirá de netzaj es el de bitajón (confianza).

Hod (la gloria) "ESPLENDOR", "RECONOCIMIENTO"
El octavo sendero es llamado la inteligencia absoluta o perfecta, porque es el instrumento de la primordial, que no tiene raíz por la que penetrar y descansar, salvo en los lugares escondidos de gevurá, de donde emana su esencia idónea.
Imagen mágica: un ser hermafrodita.
Nombre de Yavé:
Elohim Tsabaot.
Arcángel:
Mig El
Orden de ángeles:
Beni Elohim (‘hijos de los Señores’).
Chakra mundano: Mercurio.
Virtud: veracidad.
Títulos: (ninguno).
Experiencia espiritual: visión del esplendor.
Color atsilútico: violeta púrpura.
Color briático: naranja.
Color yetsirático: rojo bermejo.
Color asiático: negro amarillento, moteado de blanco.
Vicio: falsedad, deshonestidad.
Símbolo: nombres y versículos, mandil.

Hod es la octava de las diez sefirot, y el quinto de los atributos emotivos dentro de la Creación.
Aparece en la configuración de las sefirot en el eje izquierdo, directamente debajo de guevurá, y corresponde en el tzelem Elokim a la pierna izquierda.
Hod es asociada en el alma con el poder de avance continuo, con la determinación y perseverancia nacidos de un mandato interno muy profundo, con la finalidad de la realización de los propios objetivos de vida. El reconocimiento de un propósito supremo en la vida y la total sumisión a lo que lo inspira, sirve para dotar a la fuente de la propia inspiración con un aura de esplendor y majestuosidad. Así, la palabra hod connota tanto "reconocimiento" (hodaá), como "esplendor", este visto como una especie de "reverberación" en forma de aura (hed) de luz.
El aspecto de hodaá de hod, también se manifiesta como el poder de expresar gratitud, (esto lo califica como una respuesta "sefirótica" a jesed), y también como el poder de "confesión" (vidui).
Las dos sefirot de netzaj y hod son llamadas "dos mitades de un solo cuerpo". A menudo en cabalá, son consideradas como una sóla sefirá (en relación con los Nombres de Di-s, hay uno que los representa: Tzevakot). Esto es más todavía que con respecto a jesed y guevurá (los brazos derecho e izquierdo), netzaj y hod (las piernas derecha e izquierda) sólo pueden llevar a cabo su tarea (caminar), funcionando juntas.
En el Zohar, se hace referencia a ellas como "los platillos de la balanza de la justicia". Netzaj reconoce mientras que hod concede ("reconoce " o "confiesa"). Son los responsables del estado de equilibrio general del cuerpo, por ser los dos pilares sobre los que se mantiene.
En la "unión inferior" (descripto antes en netzaj), la novia entra en un estado conciente de hod. Ella experimenta en forma total la presencia de la providencia Divina, que la llevó a la unión con su novio. Desde lo profundo de su corazón, ella expresa su gratitud y agradecimiento a Di-s, el "tercer socio", de su casamiento.
Hod = 15, la suma de todos los números del 1 al 5. Hod expresa y refleja las cinco emociones del corazón, desde jesed hasta hod. "Biná [la "madre" de las emociones del corazón] se extiende hasta hod."
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de hod es el de temimut (sinceridad).

Yesod (el fundamento)
El noveno sendero es llamado la inteligencia pura, porque purifica las emanaciones, prueba y corrige el diseño de sus representaciones, y dispone la unidad con la que están diseñadas sin disminución o división.
Imagen mágica: un bello hombre desnudo, muy fuerte.
Nombre de Yavé:
Shadai el Jai.
Arcángel:
Gabri El.
Orden de ángeles:
querubín (los fuertes).
Chakra mundano: la Luna.
Virtud: independencia.
Títulos: la casa del tesoro de las imágenes.
Experiencia espiritual: visión de la maquinaria del universo.
Color atsilútico: índigo.
Color briático: violeta.
Color yetsirático: púrpura muy oscuro.
Color asiático: limón moteado de azul.
Vicio: ociosidad.
Símbolo: perfumes y sandalias.

Iesod es la novena de las diez sefirot, y el sexto de los atributos emotivos dentro de la Creación.
Aparece en la configuración de las sefirot en el eje central, directamente debajo de tiferet, y corresponde en el tzelem Elokim al órgano reproductivo (en el hombre; y el útero en la mujer).
Iesod es asociado en el alma con el poder de contactarse, conectarse y comunicarse con la realidad exterior (representada por la sefirá de maljut). El fundamento (iesod) de un edificio es su inserción en el suelo, su unión con la tierra, (maljut).
Correspondiendo con el órgano reproductivo en el hombre, iesod es el fundamento de las generaciones por venir. El poder de procrear, es la manifestación del infinto dentro del contexto finito de la criatura llamada ser humano. Cada hombre individual, es "pequeño" respecto de todas las generaciones que vendrán (de él). El iesod es conocido como el "pequeño órgano" del hombre, lo "pequeño que aferra lo grande [infinito]". El iesod es el "pequeño" y "estrecho" puente entre el infinito potencial de procreación que fluye dentro de el, y su actual manifestación en la progenie humana.
Por esta razón, la sefirá de iesod es identificada en la Torá con el tzadik (el justo), como está dicho: "y el tzadik es el fundamento del mundo". En particular, esto se refiere al único, perfecto tzadik de la generación. En el propio cuerpo del tzadik, finito y limitado en tiempo y espacio, se vuelven manifiestos la luz infinita y la fuerza vital creadora de Di-s. El tzadik procrea tanto en el plano espiritual, como también en el físico. El experimenta procreación en el ojo interior de su conciencia, en el continuo flujo de nuevas ideas e innovaciones verdaderas en la Torá. El procrea despertando las almas de su generación, para que retornen a Di-s y la Torá. Y eso es lo que dijo el rebe Shneur Zalman de Liadi, con respecto a la primera mitzvá de la Torá ("fructificad y multiplicaos"), el fundamento de la Torá: "Un judío debe hacer otro judío".
El iesod es conocido también como el brit, el sagrado signo del pacto (que Di-s hizo con Abraham, el primer judío). En particular, el iesod es el pacto entre los dos atributos Divinos de verdad y paz, como dice el profeta (Zejaria 8:19): "verdad y paz van a amar" El origen del amor es representado por el alma de Abraham, sobre el que esta dicho: "Abraham, Mi amante" (Isaias 41:8). Toda su bondad (jesed) desciende (como el agua), para concentrarse en iesod. Allí se crea el pacto entre la verdad absoluta de la Torá y la paz de las mitzvot, buenas acciones realizadas con amor por Israel.
Así como "fundamento" es llamado "principio", iesod es llamado "la conclusión del cuerpo" (el cuerpo, tiferet, se extiende hasta el órgano reproductivo, iesod, como está dicho: "cuerpo y brit son considerados uno"). La propiedad de "paz" -shalom- inherente en iesod, significa entonces el poder de llevar un acto a su conclusión, como nos enseñan nuestros sabios: "uno que empieza una mitzvá es llamado 'final'". Entonces el sentido y poder completo de la sefirá de iesod es su habilidad de manifestar la unión del principio con el final, como está dicho en el Sefer Ietzirá (1:7): "el final está incluido en el principio, y el principio en el final".
Iesod = 80 = 8 (jet) veces 10 (iud) - jai (18). El tzadik es llamado jai, 80 = clal (el cuerpo "general" o "entero" del pueblo judío). El clal, el tzibur ("la comunidad entera") "nunca muere". El tzadik iesod olam (el justo, fundamento del mundo) es el "alma general" (neshamá clalit) de la generación.
Las seis sefirot desde jesed hasta iesod se ensamblan y desarrollan para formar el partzuf de Zeir Anpín. Zeir Anpín recibe su "cabeza" o "poder cerebral" (las tres sefirot superiores jojmá biná y daat) de los partzufim superiores de Aba e Ima.
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de iesod es la de emet (verdad), como el poder de "verificar" las propias convicciones y emociones en la acción, y adquirir una verdadera autorrealización en la vida.

Maljut (el reino)
El décimo sendero es llamado la inteligencia resplandeciente, porque está exaltada por encima de toda cabeza y se sienta sobre el trono de Biná. Ilumina los esplendores de todas las luces, y hace emanar una influencia desde el príncipe de las faces, el ángel de Kéter.
Imagen mágica: una joven mujer, coronada y entronizada.
Nombre de Yavé:
Adonai Malej, o Adonai ha-Arets.
Arcángel:
Sandalfón.
Orden de ángeles:
ashim (almas de fuego).
Chakra mundano: esfera de los elementos.
Virtud: discriminación.
Títulos: el portal, portal de la muerte, portal de la sombra de la muerte, portal de lágrimas, portal de justicia, portal de oración, portal de la hija de los poderosos, portal del jardín del Edén, la madre inferior, Malká (la reina), Kalá (la novia), la Virgen.
Experiencia espiritual: conocimiento y conversación del santo angel guardián.
Color atsilútico: amarillo.
Color briático: limón, oliva, bermejo y negro.
Color yetsirático: limón, oliva, bermejo y negro, moteado de oro.
Color asiático: negro, rayado de amarillo.
Vicio: la avaricia.
Símbolo: altar de doble cubo, cruz de brazos iguales, círculo mágico, triángulo de evocación.

Maljut es la última de las diez sefirot, y el atributo emotivo final dentro de la Creación (o más precisamente, el poder de expresar los pensamientos y emociones propios a los demás).
Aparece en la configuración de las sefirot en la base del eje central, directamente debajo de iesod, y corresponde en el tzelem Elokim a la "corona" del órgano de la reproducción, (corona en el hombre; labia en la mujer), o a la boca.
Maljut está asociado en el alma con el poder de auto-expresión. La cabalá identifica tres "vestimentas" básicas (levushim) del alma, las cuales le permiten expresarse: "pensamiento" (majshavá), con el que el alma se revela interiormente; "habla" (dibur) y "acción" (maasé), con los que se revela hacia el exterior.
Maljut como un todo, es llamado a menudo "el mundo del habla", de momento que la palabra hablada representa el medio esencial de auto-expresión, permitiéndole a uno no sólamente revelarse a si mismo a la realidad exterior, sino también guiarla e influenciarla. Por otra parte, el habla le permite a uno ejercitar autoridad y "realeza", el significado literal de maljut.
Maljut, sirve también como un instrumento para establecer una identificación con la realidad exterior. Ejercitar realeza, requiere una extrema sensibilidad hacia las necesidades del reino que uno trata de regir. Por lo tanto, maljut requiere que todo agente de influencia dentro de la Creación asuma una postura receptiva con respecto a la fuente Divina de la autoridad, como el único camino de asegurar el bienestar definitivo del reino mundano.
Al meditar acerca de la Divinidad, el alma sólo puede percibir y ascender a las sefirot superiores a través de la "ventana" o portal de maljut. "Este es el pórtico hacia Di-s, los justos van a entrar a través de él" (salmos 118:20). En el servicio devoto del individuo a Di-s, esto significa recibir sobre si mismo, bajo total compromiso, "el yugo del reino de los cielos".
Maljut = 496, que es la suma de todos los números desde el 1 hasta 31. Sumado a que es un "triángulo" (como fue descripto anteriormente, respecto de las sefirot tiferet y hod), 496 es un "número perfecto" (un número que equivale a la suma de todos sus divisores. Los primeros cuatro "números perfectos" son 1, 6, 28, 496). De esta manera, las diez sefirot finalizan (llegan a su consumación) con un "número perfecto".
La unión de las últimas sefirot, iesod (80) y maljut (496) = 576 = 242.
El principio, la continaución y el final de las sefirot (todas a lo largo del eje central), keter (620), tiferet (1081), y maljut (496) = 2197 = 133.
La sefirah de maljut se desarrolla para formar el partzuf de Nukva d'Zeir Anpín. Comenzando como un punto único, Nukva d'Zeir Anpin recibe todas sus 9 sefirot superiores desde los niveles individuales de maljut contenidos dentro de cada una de las sefirot superiores (maljut de jojmá pasa a ser jojmá de maljut, etc.).
El estado espiritual identificado en el jasidismo como correspondiente a la sefirá de maljut es la de shiflut (humildad).

Los 22 caminos del árbol
Aleph
Beth
Gimel
Daleth
Heh
Vav
Zayin
Cheth
Teth
Yod
Kaph
Lamed
Mem
Nun
Samekh
Ayin
Peh
Tzaddi
Qoph
Resh
Shin
Tau

Diagrama de los sefirot
Los textos más tempranos que describen el árbol de vida son el
Bahir, el Sefer Yetzirah, el Sefer Raziel Hamelech y el Zohar (probablemente el más influyente). Éste describe el Árbol de la Vida como una especie de diagrama (aunque no necesariamente físico) que tiene 10 (a veces 11) sefirot y 22 (a veces 24) senderos que interconectan varios sefirot. Cada sefirá y sendero tiene una característica diferente, un número diferente, la carta, el rasgo físico, el planeta, etc. Hay mucho desacuerdo acerca de los atributos que cada sefirá y sendero poseen.

Influencias
En el gnosticismo
El sefirot del Árbol de la Vida posee muchas semejanzas con el concepto
gnóstico cristiano del Pléroma, emanaciones que autoprovienen del inefable Padre Divino y que ofrecen el mejor medio posible de describir a Dios. Cada emanación en el Pléroma es nacida de una emanación anterior a ésta, más compleja. De estas dos alegorías, la más notable es el final del sefirá en el árbol, Malkuth, y la última emanación en el Pléroma, Sofia, cuya caída de la gracia causó el mundo físico.

Un antiguo manuscrito caldeo afirma “Y en tus manos os digo que está el número del nombre del padre, que es la fuente de luz”, diez son los mandamientos y el número en nuestras manos está representado por los diez dedos, o los diez sephirotes de la cábala, los cuales forman el árbol de la vida. El Dios Pacal, encontrado en Palenque, dentro de la zona Maya, tiene diez anillos, uno en cada dedo, indicándonos que Pacal desarrolló los diez sephirotes, y se convirtió en un ser lleno de extraordinarias virtudes, en un Avatara o mensajero para la humanidad de aquella época, quien entregó a los Mayas grandes conocimientos.
La tradición de colocar el anillo de bodas precisamente en el noveno dedo indica claramente, el desarrollo del noveno sephirote, Jesod, a través del trabajo conciente en el matrimonio.
Conforme se activa cada uno de los sephirotes pacientemente, el árbol de la vida se va desarrollando en nuestro interior despertando todas esas facultades que se hallan latentes en el ser humano.
Los diez sephirotes son atómicos y devienen de Sephira, la Madre Divina, quien reside en el templo corazón.
Hacer resplandecer los sephirotes como piedras preciosas en el cuerpo del Anciano de los días es un trabajo que inicia con el desarrollo de las facultades del sephirote inferior, Malkuth, que es el cuerpo físico, junto con el fundamento, Jesod, el cuerpo vital. Enseguida es necesario desarrollar las dos columnas (Jakin y Boaz), Hod y Netzach, que son el cuerpo astral y mental. El íntimo es el sephirote Chesed y tiene dos almas: la humana, Tiphereth y la Divina, Geburah.
Kether, Chokmah y Binah son nuestra corona sephirótica: el Padre muy amado, el Hijo muy adorado y el Espíritu Santo muy sabio, viven entre las profundidades de nuestra conciencia superlativa, aguardando el instante supremo de nuestra autorrealización.
Cuando el Anciano de los días ha realizado los 10 sephirotes en sí mismo, se transforma en el hombre Celeste y resplandecen en el mundo de la luz como gemas preciosas, como piedras resplandecientes. “El que tiene oídos, oiga lo que el espíritu dice a las iglesias. “Al que venciere le daré de comer del árbol de la vida, el cual está en medio del Paraíso de Dios”. (Apoc. 2:7). “Y los fundamentos del muro de la ciudad estaban adornados de toda piedra preciosa. El primer fundamento era el jaspe; el segundo el zafiro; el tercero calcedónica; el cuarto esmeralda; el quinto sardónica; el sexto sardio; el séptimo crisolito; el octavo Berilo; el nono Topacio; el décimo crisopaso; el undécimo jacinto; el duodécimo amatista”. (Apoc. 21:19-20).
Los diez sephirotes son la Santa ciudad, la Jerusalén que viene a resplandecer en el fondo de nuestro corazón.
Tal como lo enseñaron los rabinos, en el árbol de la vida de los misterios hebraicos se encuentra en la parte superior la corona sephirótica, formada por el triángulo logoico o Divinal, llamado así por contener a los tres Logos (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
Después de un abismo viene el segundo triángulo, formado por el Ser y sus dos almas (Geburah, la divina y Tiphereth, la humana). Este es llamado ético, debido a que en estos planos prima la ética, la recta conducta, allí conocemos el rigor de la Ley, lo bueno y lo malo.
Por desdoblamiento viene un tercer triángulo, llamado mágico pues en estos niveles se ejerce la magia; representado por la mente (Netzach), el cuerpo astral (Hod) y el cuerpo vital (Jesod).
En la parte inferior se encuentra Malkuth, el cuerpo físico.
El centro de gravitación del primer triángulo es el Padre Divinal, Kether, de quien se desdobla el segundo y tercer Logos, por esto es el triángulo del Padre.
El segundo triángulo es el del Hijo; su centro de gravedad es Tiphereth, el alma humana, a través de la cual se manifiesta el cristo o segundo Logos, el hijo.
El tercer triángulo es del Espíritu Santo, su centro de gravedad es Jesod, o principio básico sexual de la vida universal. El sexo, representado por Jesod, es el origen del nacimiento, la muerte y la regeneración; es mediante la fuerza sexual que surge la vida, que surge el cuerpo físico, y que surgen todos los organismos dotados de vida. Jesod es el fundamento del tercer Logos, centro donde gravita la fuerza sexual del Espíritu Santo.
Los dos árboles del Edén: El Árbol de la ciencia del bien y del mal, representado por el sexo y el árbol de la vida, representado por la columna vertebral, se tocan en sus raíces. Toda verdadera doctrina cultural tiene que estudiar detenidamente estos dos árboles. Porque el estudio de un árbol con el olvido del otro, da un conocimiento incompleto, inútil.
Esta enseñanza nos indica que es necesario trabajar con ambas columnas torales de la logia Blanca: la sabiduría y el amor.

http://www.dimensiones.org/canales/basicos/2%20intro%20avanz/lasdiez.htm

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